Nuestro cuerpo es el medio fundamental de manifestarnos: por él nos hacemos presentes en el mundo. Y, porque nuestro cuerpo es, antes que ninguna otra cosa, nuestro, es irremplazable, inalienable y único.
Nuestro cuerpo es nuestro primer límite, la frontera entre lo que somos y el mundo. Al mismo tiempo, es nuestro primer puente para llegar a ese mundo, y para que éste nos encuentre. Si nos olvidamos de que lo tenemos —y puede pasar ahora mismo: ¿sabes dónde están tus pies, dónde tu nuca, tienes presente el ritmo de tu respiración, alcanzas a oír el rumor del torrente que corre por tus venas?—, el dolor y el placer, en todos sus grados, acudirán de inmediato para que no nos desentendamos.
Con sus transformaciones incesantes, sus posibilidades insospechables y la infinidad de experiencias que pone a nuestro alcance la sensorialidad, nuestro cuerpo es también el medio fundamental de manifestarnos: por él nos hacemos presentes en el mundo. Y, porque nuestro cuerpo es, antes que ninguna otra cosa, nuestro, es irremplazable, inalienable y único. m.