Contra el abandono urbano
Moisés Navarro – Edición 501
Muchos de estos sitios abandonados —o recuperados— se han convertido en lugares turísticos, y algunos incluso son foco de atracción para influencers
Es relativamente común ver, por las calles de nuestras ciudades, fincas que van quedando a su suerte. Sea por disputas de herencias, por negligencia gubernamental, por migraciones repentinas —de personas o de industrias— o por cualquier otra razón. Las vemos solas y atestiguamos su deterioro con el paso de los años. Existen, desde luego, casos más emblemáticos que otros (por ejemplo, el edificio Guadalupe Victoria, en el parque Agua Azul de Guadalajara, que recientemente se rehabilitó, o la Torre de David, en Caracas), y también abandonos que no debieron haber sucedido nunca, como el de la vieja Hacienda de Oblatos, o el llamado “Chernóbil” de Tlajomulco, provocado por la corrupción gubernamental y de las inmobiliarias.
Sin embargo, hay casos más extremos: pueblos o ciudades fantasmas que, por algún fenómeno natural o una crisis económica, por el cambio de infraestructura, por la guerra o por el desplazamiento obligado a raíz de la presencia de grupos criminales, han quedado desiertos.
Muchos de estos sitios se han convertido en lugares turísticos, y algunos incluso son foco de atracción para influencers. Otros son curiosidades arqueológicas sumergidas en el fondo de la selva, cual escenarios extraídos de Kipling. Algunos han sido domados de nuevo por la naturaleza y el mundo salvaje y otros tantos son objetos de leyendas y cuentos de fantasmas. Más allá de dejarlos intactos para postales de Instagram, se pueden realizar acciones para recuperarlos y mejorar la vida de sus habitantes.
Oradour-sur-Glane
Este pequeño pueblo en Francia, sin relevancia militar alguna, sufrió uno de los episodios más violentos e innecesarios durante la Segunda Guerra Mundial. Hombres, mujeres y niños fueron acribillados por el ejército nazi. El lugar quedó hecho ruinas y, a diferencia de casi todas las otras ciudades europeas que se rehabilitaron, quedó intacto y fue clasificado como Monumento Nacional, ahora es memorial para las víctimas de la guerra.
Azucarera Santa Elvira
Una planta azucarera fue el corazón industrial y el motor económico de León, España, durante muchos años. Cerrada en 1992, ha permanecido como un gran elefante blanco durante ya tres décadas. Recientemente, el ayuntamiento de la ciudad anunció un proyecto para recuperar lo que queda del inmueble. Lejos de demoler y levantar, se respetará la arquitectura para albergar un espacio de eventos al aire libre, con lo que se dará una nueva vida al lugar y a la ciudad misma.
De campos de golf a parques solares
El costo ambiental de un campo de golf suele ser alto, tanto por su ridículo consumo de agua como por las alteraciones que causa en el ecosistema; por lo mismo, cuando dejan de utilizarse se suele generar deterioro y erosión en sus suelos; pero, además de ello, ocupan demasiado espacio. Como es sabido, Japón no dispone de mucho territorio, por lo que una empresa japonesa decidió utilizar estos campos como parques de energía solar. Se aprovecha el espacio y no se deforesta otro.
Larva
En los terrenos que ocupó el colegio jesuita San Juan Bautista —en lo que hoy es el cruce de la avenida Juárez y la calle Ocampo, en Guadalajara— se edificó el cine Variedades, de estilo art déco. Fue inaugurado en 1940 y contaba con tres niveles y comodidades diferentes a las de los cines de la época. Fue apagándose, como el resto de las grandes salas, con la llegada de los multicinemas, y cerró en 1996. Finalmente fue reabierto como el Laboratorio de Arte Variedades (Larva), cuenta con un café, galería y tiene alta actividad cultural.
Heidelberg Project
Luego de la salida de la industria automotriz de Detroit, la ciudad sufrió un rápido deterioro. La zona este quedó semihabitada. Los grados de pobreza aumentaron, así como la delincuencia y la drogadicción. El artista Tyree Guyton inició en la calle Heidelberg una intervención, y con el material propio de las fincas abandonadas comenzó a decorarlas. Fue ayudado por la comunidad y pronto la calle se convirtió en un museo al aire libre con actividades culturales.
Para saber más
:: Molino de trigo de la Hacienda de Oblatos.
:: Torre de David, en Caracas (crónica de John Lee Anderson).
:: El “Chernóbil” de Tlajomulco.
:: Pueblos desplazados.