Conciliar la fe y la diversidad de género
Adriana López-Acosta Sandoval – Edición 454
Karina Bárcenas, egresada de la maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura del ITESO, obtuvo un premio por una tesis en la que aborda el tema de la diversidad sexual y la religión
La legitimación de los derechos humanos de las personas, sin importar credo, preferencia sexual o posición social, ha ido ganando terreno en México en el plano legislativo. Pero aún falta en el plano religioso: las tres religiones monoteístas más numerosas del mundo —la católica, la judía y la musulmana— condenan o excluyen de su espectro a la comunidad LGBTTTI, lo que ha abierto la puerta a una configuración de iglesias y comunidades cristianas para la diversidad sexual y de género.
Karina Bárcenas Barajas, egresada de la Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura por el ITESO, desarrolló este tema en su tesis de doctorado en Ciencias Sociales por el CIESAS Occidente, y la tituló “De los homosexuales también es el Reino de los Cielos. Las iglesias y comunidades cristianas para la diversidad sexual y de género en México”, investigación por la que obtuvo un premio de la Academia Mexicana de las Ciencias en la categoría Ciencias Sociales. “Realicé un trabajo de campo con familias homoparentales para plantear cómo es que la familia se transforma. Me fui metiendo en la temática de la diversidad sexual y ese trabajo me llevó a hacer una reconstrucción histórica de cómo han sido las formas a través de las cuales el Estado y la Iglesia católica han regulado la vida de las familias”, explica Bárcenas.
Karina estudió a 20 comunidades e iglesias de inclusión sexual. En el caso de Guadalajara destacan, por su alcance, la Iglesia de la Comunidad Metropolitana y la Parroquia Anglicana de San Marcos. La diferencia respecto de otras comunidades religiosas radica en que aquéllas integran activamente a las personas LGBTTTI en la comunidad y ponen a la razón en el centro de su ideología. “Al hacer esto, no se quedan ciegos ante los avances científicos, tecnológicos y de todo tipo que hay en la sociedad. Incorporan perspectivas centradas en una conjunción de la teología de la liberación, la teología feminista y una teología queer. Al crecer en una religión en la que se sienten discriminados, estigmatizados y rechazados, buscan opciones para reconciliar su condición sexual con su tradición religiosa”.
Los derechos humanos, sostiene la académica, son una de las principales banderas de estas iglesias, que apuestan por tener incidencia en el espacio público y político. “Una de las ideas que planteo en mi trabajo es que, al final de cuentas, estas iglesias contribuyen al proceso de secularización”.
Si bien Bárcenas considera difícil que la Iglesia católica modifique su postura respecto al tema de la homosexualidad, sí observa cómo los grupos de laicos católicos trabajan, desde sus propias parroquias y con los miembros de su comunidad, en transmitir esa apertura. “Ellos van creando estas tácticas, a la manera de Michel Foucault, de irse colocando de una manera diferente dentro de los propios espacios de la Iglesia católica”. m.