Comida de héroes

Super cubiertos

Comida de héroes

– Edición 401

Super cubiertos

Los héroes comen o dejan de comer. El ayuno les sirve como una forma de elevación espiritual, aunque el pretexto de la parva pitanza no sea efectivo para todos. ¿Qué come Supermán?, ¿qué desayuna el Santo?, ¿cómo merienda El Llanero Solitario?

En la tele, las parejas de policías siempre comen donas y toman café antes de salvar al mundo. Bond –James Bond– cena en lugares elegantes, toma champagne y acaba con los malignos espías contrarios sin despeinarse. En las novelas de folletín y folletón, las heroínas son duquesas tosijosas, delicadas y pálidas; mis robustas tías alteñas las calificarían de “tilicas”.

El Conde de Montecristo se despacha unos banquetes espléndidos, como para compensar sus años de caldos lívidos en el Castillo de If, mientras que don Benito Juárez comía su sopita republicana. Al pobre de Maximiliano de Habsburgo lo fusilaron sin el mínimo respeto por una diarrea de proporciones imperiales y el padre Hidalgo se las gastaba en grande con eso de que Fernandito Séptimo era el bueno. El Vaticano es especialista en cenas peligrosas y espectaculares: Pío V hacía que pusieran pajaritos vivos entre los pliegues de las servilletas, para deleitar a los invitados con ese vuelo sorpresivo, y el papa Borgia sonreía paternalmente a sus envenenados. Todavía son afectos a esos efectos y defectos.

Pero no todo son sopas abundantes y perniles vigorizantes. De que los hay, los hay; si no, véase el ejemplo de los anónimos monjes de cualquier monasterio. Pan y vino al igual que Marcelino, agua, queso y lentejas, y al día siguiente, lo mismo.

Mickey, el engendro infernal, no come. Donald, menos. Y las princesas de toda laya y talla se contentan con bailar y bailar. Bambi es anoréxico y Barnie a lo mejor es bulímico. Barbie está a dieta de plástico y Ken nomás se queda viendo a los otros Ken. Nuestros políticos desvalijan al país entre huevos rancheros y filetes miñón y los gordinflones de la iniciativa privada exhiben sus panzas como señal del triunfo de la materia sobre la materia.

Ahora una recetilla para sobrellevar la tragedia con algo de heroísmo: tómense dos pencas de nopal, bien peladas, córtense en tiras delgadas y rehóguense en cebolla desflemada. Mientras, téngase preparada una salsa de jitomate, ajo, chile verde y un poco de sal, casi en hervor. Ya que reduzca un poco, se le agregan los nopales y se dejan cocer un ratito. Se sirven en taquitos acompañados de una abundante cucharada de queso cotija oreado. La bebida ideal es un agua fresca de limón con chía, con unos pétalos de bugambilia. De postre sugiero chilacayota cubierta y un tequilita para que se sienta que amarró.

MAGIS, año LX, No. 502, noviembre-diciembre 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de noviembre de 2024.

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