Co-working: muchas mentes (y manos) piensan mejor que una

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Co-working: muchas mentes (y manos) piensan mejor que una

– Edición 432

Argel Arias y su mascota, Hackeroso, afuera de la sede de Hacker Garage.

El trabajo colaborativo o co-working está invadiendo disciplinas como el diseño, la moda, la tecnología, la arquitectura… se trata de una modalidad radicalmente contraria a la del solitario freelance: las tareas que a una sola persona pueden llevarle meses son sacadas a flote por un equipo interdisciplinario. Muchos consideran que comenzará a crear tendencia en este siglo.

 

Jorge Suárez puede levantarse y trabajar cualquier día de la semana sin quitarse la pijama. Está en su casa y lo único que debe hacer es aproximarse a su teléfono para checar cuáles de sus colaboradores están trabajando y en qué. Jorge, un treintañero con estudios en el TEC de Monterrey, es un vivo ejemplo de un emprendedor de tiempo completo que ha encontrado en el trabajo colaborativo la clave para llegar más pronto a sus metas. Y compartir el éxito.

Una nueva forma de articular el trabajo profesional corre poco a poco como un reguero de pólvora al que se le ha acercado un cerillo: ni freelances solitarios —forma de trabajo que se volvió popular sobre todo a finales del siglo pasado— ni sociedades empresariales, sino comunidades colaborativas que por lo general incentivan y provocan lo que se conoce como co-working.

No existen cifras exactas, pero las múltiples referencias en diarios, revistas y blogs sugieren que el co-working ha pasado de ser una moda a convertirse en una verdadera opción comprobable de éxito. Y crecen los espacios consagrados a promover experiencias e interacciones. Existen en el mundo más de mil de estos proyectos que están en pleno desarrollo; en nuestro país hay ya casi cien, y en Guadalajara se sabe de la existencia de al menos una decena.

De acuerdo con Jorge Suárez, director de Cloudsourceit (cloudsourceit.com), una empresa dedicada al desarrollo de apps para plataformas móviles, el co-working o trabajo colaborativo es la mejor forma de hacer las cosas. “En algún momento llegué a tener una empresa con 14 empleados, y creo que en específico en los emprendimientos tecnológicos, lo que es videojuegos, lo que es start-ups, todo lo que está en móvil… es mejor por esta vía… En la forma tradicional se vuelve más pesado; en cambio, de manera colaborativa puedes encontrar gente súper talentosa, que simplemente salta y se integra al proyecto, lo hace suyo y luego se sale de él y no hay dolor porque está configurado para que así sea. O salta y se queda ahí años. Tu negocio y tu oficina están en tu teléfono móvil”.

El co-working no es exclusivo de quien se dedica a emprender negocios en el área tecnológica, pero sí es ahí donde ha tenido más auge. Cocreador también de Karaokulta (karaokulta.com), una empresa que desarrolla planes de negocio y mercadotecnia para los desarrolladores de aplicaciones y juegos que quieren publicar en las appstores de iOS y Android, Jorge Suárez comenta: “Esto es algo relativamente nuevo, porque en la historia no se había visto nunca que existieran, no sé, 23.3 millones de dispositivos de algo que te pudiera ayudar a vender, y ahorita ya hay como 100 millones de iPads, que son como 100 millones de tienditas a las que les puedes vender, o con las cuales puedes interactuar. Igualmente, por primera vez en la historia, el talento joven es igual o mejor y más importante que el talento experimentado. Ahí es donde yo creo que el trabajo colaborativo no tiene vuelta de hoja”.

Jorge Suárez en su oficina de KaraOkulta.

Un espacio colaborativo

Para hablar de co-working, dicen las directrices que han trazado en el ámbito mundial sus promotores, es necesario tener muy presentes los valores principales que fomentan, piedra angular para que la comunidad crezca y se fortalezca: accesibilidad, apertura, sostenibilidad, colaboración y sentido de comunidad. De hecho, uno de los primeros y más fuertes pasos que dio la comunidad mundial co-working fue la de reunirse y comprar hace un par de años el dominio co-working.com. Aunque el sitio aún no está activo, se planea desarrollar uno que ligue la palabra co-working con sus principios fundamentales. Los países en los que se ha dado más desarrollo de esta forma de trabajo son Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España y Alemania.

Pero no sólo el asunto tecnológico aparece cuando se hace una inmersión en el mundo del co-working. Una de las comunidades internacionales más fuertes es The Hub (the-hub.net), un ecosistema de emprendedores e innovadores sociales que en la actualidad cuenta con 31 espacios de trabajo en todo el mundo y una red profesional de más de cinco mil miembros. Su lema: “El espacio que inspira, conecta e impulsa al innovador social”.

La página web de esta comunidad en Madrid (madrid.the-hub.net), dice: “Creemos que no hay carencia de ideas para resolver los problemas de nuestro tiempo. Pero hay una carencia aguda de colaboración y estructuras de apoyo para contribuir a que éstas se lleven a cabo. El Hub nace para contribuir a solucionar esta carencia. Nos propusimos crear espacios que combinasen lo mejor de una comunidad de confianza, un laboratorio de innovación, una incubadora de negocios y las comodidades de una casa […] Espacios para el encuentro, el intercambio y la inspiración. Siempre llenos de gente haciendo cosas increíbles”.

The Hub ha logrado que se abran 25 espacios en varias partes del mundo: Madrid, Londres, San Francisco, Melbourne, Johannesburgo y Oaxaca (huboaxaca.org) son sólo algunos de los más activos.

La magia del trabajo colaborativo se da cuando se encuentran personas que tienen intereses comunes y que deciden trabajar en conjunto: mientras que en circunstancias normales podrían tardar años en levantar un proyecto, de esta forma, con la ayuda de todos, en meses podrá estar en marcha.

The Workshop, estudio de diseño de joyería contemporánea. 

¡Hackers, salven a Guadalajara!

La vieja casona de reja verde de la calle Vidrio en la colonia Lafayette (aunque los recibos de la CFE digan que se llama Obrera), en Guadalajara, no necesariamente les dice mucho a quienes pasan por ahí. No tiene letrero y hay días que incluso parece abandonada. En otros momentos es un hervidero de gente, un entrar y salir hasta altas horas de la noche.

Si uno entra en la casa y pregunta por Argel Arias, muy pocos sabrán de quién se trata. Si, en cambio, pregunta por Levhita (levhita.net), nombre que utiliza en las redes sociales (@levhita), todos le indicarán dónde está. Es cocreador, junto con Ruy Cervantes, de Hacker Garage (hackergarage.mx), el espacio de co-working más exitoso de Guadalajara. Levhita define al proyecto como un Hacker Space: lugar en el que las personas pueden reunirse para hacer comunidad, trabajar y convivir. “Es común que se realicen conferencias, cursos, talleres y reuniones sociales. Los hackerspaces nos distinguimos por una apertura extrema a las personas interesadas en participar”.

Levhita es un convencido de que no únicamente deben existir comunidades especializadas en cuestiones técnicas, como Hacker Garage, sino que las posibilidades deben expandirse a todas las disciplinas: “El principal logro es el enorme ecosistema que ha surgido alrededor y en paralelo al Hacker Garage; suelo hacer la broma de que nosotros realmente no hacemos nada, más que poner el lugar”.

Actualmente existen muchos grupos con diferentes ramales, pero el proyecto Hackers & Founders (facebook.com/hackersandfoundersgdl) sin duda es la mayor y más sólida de las comunidades que existen alrededor de Hacker Garage. Liderado por Mak Gutiérrez (@makote) y Carlos Farías (@startup_mx), Hackers & Founders es una comunidad basada en la pregunta “¿Qué necesitas?”. Simplemente hay que llegar a las reuniones que se celebran el último jueves de cada mes a las siete de la noche y conocer a los que serán tus futuros socios: aprender y emprender. Lo que uno encuentra en esas reuniones es básicamente camaradería y, de manera muy informal, bebidas que otorgan diversos patrocinadores. A simple vista parecería una reunión de amigos y, si bien entre los que visitan el lugar hay quienes lo hacen de manera constante, también hay quien lo hace por primera vez. Es cosa de socializar, contar un poco una idea de negocio, y ése será el cerillo que encontrará la pólvora entre la comunidad de hackers que ayudarán a que el proyecto se concrete.

Por lo general, luego de la socialización, se interrumpe el cotilleo para que uno o dos invitados expongan brevemente algún caso exitoso que haya empezado así, como el que apenas se está incubando. Después de algunos minutos de escucha, se vuelve a lo importante: la socialización, los contactos, la comunidad, con la que posiblemente termine asociándose quien acudió.

Hackers & Founders se ha sumado a otro proyecto de carácter mundial llamado Startup Weekend (startupweekend.org), cuyos impulsores en el capítulo Guadalajara (guadalajara.startupweekend.org) han sido, entre otros, el propio Mak Gutiérrez y Carlos Farías. El Startup Weekend es un acontecimiento alucinante para aquellos a quienes les gusta sentir la adrenalina, emprender, trabajar horas seguidas sin dormir, hacer relaciones y, finalmente, ver concretado un proyecto de negocios. En un fin de semana —de viernes a domingo por la noche—, un grupo de emprendedores, curiosos, diseñadores, programadores e incluso inversionistas se reúnen en un espacio —en el caso de Guadalajara ha sido en el ITESO y en la Universidad Autónoma de Guadalajara— para construir un proyecto tecnológico y probar si una idea de negocio es viable.

Levhita recuerda en particular dos casos bastante exitosos de proyectos que pasaron por el Hacker Garage: Wowzer (wowzer.com) y Referee Pro (siine.com/es/RefereePro.html). El primero es una herramienta de reclutamiento de personal por medio de video; el segundo es una app que simplifica el arbitraje en el futbol y que ya se utiliza en el FC Barcelona de España.

Para Levhita ha sido fundamental la participación de dos espacios un poco más virtuales en el caso de las comunidades colaborativas: SumaValley (sumavalley.mx) y The Founders Institute (fi.co), ambas impulsando fuertemente el emprendimiento en la ciudad.

Otro espacio importante es, por supuesto, el Programa para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Proginnt) del ITESO (proginnt.iteso.mx), que incluye una incubadora y una aceleradora de empresas de base tecnológica, servicios integrales de consultoría e inteligencia competitiva, y por supuesto, el Parque Tecnológico, que alberga a 27 empresas y tres laboratorios.

 

Nevermind espacio de trabajo de colaboración.

La joyería y la costura también dan la cara

No es raro que en el caso de Guadalajara, donde en los últimos años ha florecido el negocio de la joyería y donde se encuentra el centro joyero más grande de América Latina (el Magno Centro Joyero San Juan de Dios), exista también una comunidad colaborativa enfocada al desarrollo de esta industria, que está integrada por orfebres, artistas plásticos y diseñadores.

The Workshop Estudio (theworkshop-studio.com) nació por iniciativa de Daniela Rivera, una apasionada de la joyería contemporánea.

Es un centro interdisciplinario; funciona también conforme a ciertos códigos generales de cualquier otro co-working, con el aderezo de que ofrecen a sus colaboradores workshops o talleres dinámicos y experimentales donde las artes aplicadas y visuales convergen en el desarrollo de piezas. Igualmente, existen áreas de oportunidad para contactos, así como generación de proyectos tanto interdisciplinarios como personales y colectivos.

También la industria del corte y la confección participa con algunos experimentos colectivos: en inglés se le conoce como co-sewing (costura en común). Se trata de espacios amplios y generalmente abiertos, con maquinaria especializada, mesas de corte, agujas e hilos por todos lados y, por supuesto decenas de aficionados conviviendo con profesionales del diseño y la costura. El co-sewing comparte los mismos principios que cualquier otro co-working: apertura, conocimiento, sinergia, flexibilidad, comunidad. Y tiene el mismo origen: aquellos cafés con servicio de internet a los que acudían los freelancers para conectarse a internet o para no trabajar en la soledad de su casa. La diferencia está en que no cualquiera puede tener acceso a cierta maquinaria para coser, mientras que en los demás proyectos de co-working los equipos de trabajo (computadoras, esencialmente) son de acceso relativamente fácil.

Y aunque los espacios de co-sewing no son tantos en el mundo como los de co-working (al menos en México no hay pistas ni registro de alguno), no sería raro que en el corto plazo se abra alguno. Por lo pronto, en Madrid existe el Teté Café Costura (tetecafecostura.com), el primer espacio con este concepto en el país, nacido en 2011, y que pretende ser un punto de encuentro donde la costura y la moda sean un medio de comunicación no verbal.

La fuerza de las redes sociales

Juan Carlos Jiménez —Knito para los cuates— es un diseñador gráfico convencido de que el trabajo colaborativo ha llegado para quedarse mucho tiempo. Su hipótesis parte del hecho de que las redes sociales propician el diálogo desde la individualidad, y ello puede generar contacto con personas que comparten los mismos intereses aunque no vivan en las mismas ciudades y, finalmente, la realización de proyectos.

“De repente te encontrabas un poco aislado, en tu casa, trabajando en tus proyectos personales y, al inicio, el Facebook —quizá más que Twitter, en mi caso— me abrió la puerta para comenzar a crear cierta empatía con quienes estaban trabajando cosas interesantes. Es así: subes un diseño, te lo comentan y empieza a desmadejarse el hilo que conducirá a que en un momento dado venga la propuesta para hacer cosas en conjunto”.

Desde la ciudad de México, Juan Carlos participa en proyectos que lo han llevado por diversas partes del país, y que si bien se centran en el diseño y la ilustración, no se circunscriben sólo a ellos: pasan por la música y el trabajo colaborativo en un taller en el que se fabrican de forma artesanal piezas de autor, playeras, pósters, calendarios, lo que se pueda.

Knito está involucrado tanto en espacios colaborativos físicos como en co-working virtual. El proyecto que actualmente lo absorbe nació de uno de sus contactos de Twitter: Abril Cortés. Se trata de un calendario ilustrado por artistas de Xalapa, Puebla y el DF. El trabajo en físico, con el “pulpo” para la serigrafía, se haría en Puebla, y posiblemente se imprima en Xalapa. Todo el proyecto se ha resuelto vía Skype y correos electrónicos. Todos se encuentran emocionados con este proyecto en el que se involucran de diferentes maneras y producen algo que difícilmente podrían hacer solos. “Además está el extra de poder estar en diferentes estados, de promocionar tu obra y compartir espacio con artistas con los que te identificas y admiras […] de repente no tienes calculado hasta dónde puede llegar tu obra; a mí me ha contactado gente que no conozco para pedirme obra, gracias a proyectos como éste”, dice Juan Carlos a través de Skype.

En el caso de Guadalajara, el nombre de Linux Cabal (linuxcabal.org) aparece constantemente. Los diversos grupos de co-working reconocen este proyecto como el pionero en esta forma de trabajo. Es muy específica su área —el software libre—, pero las reuniones de co-working siguen realizándose desde hace varios años.

En cuanto a los nuevos espacios en la ciudad, es justo mencionar a D4 Reality (d4reality.com), que cuenta con dos sucursales en Guadalajara (una de ellas en el Parque Tecnológico del ITESO) y a Nevermind (nevermind.mx), un espacio pensado específicamente para arquitectos, diseñadores y profesionistas de industrias creativas.

El co-working, terreno ideal para freelances, bloggers, diseñadores, arquitectos, video-bloggers, webmasters, estudiantes, gente que inicia su proyecto de negocio y negocios pequeños, está en auge. En España existe ya incluso una publicación especializada en el tema: Cografía (cografia.es). Datos como éste nos hacen ver que estamos presenciando apenas el inicio de una historia que bien podría cambiar ciertas dinámicas de producción mundial. m

3 comentarios

  1. Felicidades, es una
    Felicidades, es una investigación bastante interesante. Soy de Colima y sería muy bueno empezar a proponer ya espacios de este tipo.

  2. Super interesante, soy
    Super interesante, soy miembro académico de un instituto tecnológico pequeño, me interesa mucho sembrar, difundir y actualizar a mis alumnos, podrías darnos una plática, conferencia, algo donde nos enriquezcas sobre este tema, o ayúdame por favor a lograrlo.
    Gracias de antemano.
    Alfonso

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