En MAGIS buscamos proponerte abordajes estimulantes a los grandes temas de nuestro tiempo y este número no es la excepción: te compartimos historias que dan cuenta de cómo trabajando en comunidad es posible cambiar las problemáticas que nos agobian

A ti, que lees:

En mayo pasado, México superó la cifra de 100 mil denuncias por desaparición de personas, la mayor parte presentadas a partir de 2008. En lo que va de la actual administración federal, al menos otras 100 mil personas han sido asesinadas. A estas cifras hay que sumar aquellas de las que no llega a tener conocimiento la autoridad. Y no parece que nada vaya a detener esta crisis ante la que las estrategias de seguridad han fracasado una y otra vez.

O tal vez sí. Luego de que los nombres de los padres Javier Campos, SJ, y Joaquín Mora, SJ, junto con el del guía de turistas Pedro Palma, se sumaran a esa tragedia el 20 de junio pasado, la Compañía de Jesús llamó a todos los sectores de la sociedad a un esfuerzo de reflexión y diálogo para encontrar la paz y la justicia no sólo por esas tres víctimas, sino por todas las que incrementan todos los días esta espiral de violencia. La iniciativa está afincada en la larga tradición que la Compañía tiene de ponerse al lado de los más vulnerables. Como verás en el reportaje que te presentamos al respecto, ese trabajo tiene un componente principal en la creación de comunidad. Y es en comunidad, entre todas y todos, como podremos salir adelante.

En MAGIS buscamos proponerte abordajes estimulantes a los grandes temas de nuestro tiempo. Uno de esos temas es, desde luego, la lucha por los derechos de las mujeres. Por ello quisimos esta vez platicarte sobre el trabajo actoral de Elisabeth Moss, y, más concretamente, sobre su desafiante papel en la serie El cuento de la criada, que presenta un mundo de pesadilla en el que las mujeres están sometidas por completo. Una conclusión que se desprende de conocer esa historia es ésta: cuando se trata de la pérdida de las libertades fundamentales, jamás tendríamos que soslayar ninguna señal de alarma.

Por otro lado, posiblemente nunca hayas imaginado que existen personas dedicadas a sembrar agua en el desierto, movidas por el deseo de ayudar. Es una historia que, estamos seguros, te va a impresionar.

Que disfrutes la lectura.

Magdalena López de Anda
Directora de MAGIS