Estas innovaciones forman parte de una serie de proyectos que buscan difundir el uso de la bicicleta y, sobre todo, hacerla más práctica y segura.
Uno de los problemas que enfrentan a diario los ciclistas es la visibilidad. Y es que, de todos los vehículos que circulan por las calles —bicicletas, motocicletas, autos, camiones y demás—, los de dos ruedas y no motorizados son los que más dificultades enfrentan para hacerse notar. Y aunque existe una amplia gama de productos para lograrlo (chalecos, reflejantes, luces, bocinas), en Rusia decidieron llevar la notoriedad de la bicicleta más allá.
Imaginemos que circulamos por una avenida en una bicicleta y un autobús se detiene para que los pasajeros puedan subir y bajar. Lo vamos a rebasar por el lado izquierdo, pero corremos el riesgo de que el conductor no nos vea por la diferencia de altura entre su asiento y el nuestro. Entonces activamos un mecanismo que, sin necesidad de detenernos, eleva nuestra bicicleta hasta colocarnos en el punto de visión del conductor del camión. Una vez que lo hemos pasado, regresamos la bicicleta a su posición original.
Ahora, el siguiente paso es dejar de imaginar: un video en YouTube muestra cómo el usuario de la bicicleta puede alterar la altura de su bicicleta sin detenerse y adecuarla a las necesidades del momento: alta para ser visible a los camiones, baja para que la vean los autos. Y aunque una caída desde esa altura podría ser más peligrosa, los ciclistas ganan mucho en el tema de la visibilidad.
Esta innovación forma parte de una serie de proyectos que buscan difundir el uso de la bicicleta y, sobre todo, hacerla más práctica y segura.
Súbete a mi bici
Otra variable en lo que a este medio de transporte se refiere es la bicicleta-carreola. Se trata de un diseño que permite incorporar la silla de los niños al cuadro de la bicicleta, de manera que éstos puedan viajar cómodamente en la parte delantera. Al llegar a su destino, y gracias a un mecanismo que permite maniobrar las partes de la bicicleta, ésta se convierte en una carreola que puede, incluso, entrar en un vagón del metro sin crear demasiados problemas: Una buena alternativa para combinar sistemas de transporte.
Usa, dobla, guarda
En las ciudades que no cuentan con una cultura del uso de la bicicleta y, por tanto, carecen de infraestructura, otro gran problema es el de la seguridad: ¿dónde dejo la bici para que no se la roben? Una alternativa puede ser doblarla y llevarla ahí adonde uno va.
Una vez más, el diseño industrial tomó la bicicleta e hizo de las suyas: gracias a una serie de mecanismos, los diferentes elementos de la bicicleta pueden plegarse para reducir considerablemente su tamaño y que ocupe menos espacio de modo que sea fácil guardarla. Al igual que en el caso anterior, la bicicleta plegable sirve para combinar su uso con los viajes en el transporte público, ya que no ocupa mucho espacio y, una vez afuera del camión o el metro, se puede regresar a su tamaño original. m