Africanos del nuevo siglo
Enrique Blanc – Edición 409
El veloz éxito del álbum Welcome to Mali de la pareja de invidentes Amadou & Mariam es buen pretexto para revisar varios títulos esenciales de la música del continente negro del año 2000 a la fecha. La música africana se reinventa no sólo atendiendo a la tradición sino también incorporando las nuevas tecnologías de producción de sonido, y acercándose a músicos y productores de otras latitudes con el fin de continuar evolucionando. Prueba de ello fue el disco que precede a Welcome to Mali, es decir, Dimanche a Bamako, en el que Manu Chao trabajó produciendo, tocando y cantando junto al matrimonio maliense. El resultado fue espectacular y ello hizo que la pareja lograra darse a conocer fuera de su tierra natal y Francia, la madre adoptiva de gran cantidad de proyectos provenientes del tercer mundo. En su entrega más reciente, Amadou & Mariam han optado por otra fórmula: dar cabida a una serie de colaboradores de distintas esquinas del orbe: el korista Toumani Diabaté, el rapero somalí K’Naan, el nigeriano Keziah Jones, y el británico Damon Albarn (Blur, Gorillaz), quien incluso produce la fantástica “Sabali”.
Welcome to Mali
Amadou & Mariam (Because Music, 2008)
Un álbum que, combinando tradición, tecnología y las hipnóticas voces de sus autores, resulta una experiencia total, simbolizando con originalidad lo que la música africana es ya en el nuevo siglo. Un disco que gana gracias a las colaboraciones que exhibe y que logra, sin exagerar, algunos de los momentos más intensos y renovadores de la música africana de los años recientes.
Aman Iman Tinariwen (World Village, 2007)
Fue el disco africano del que muchas publicaciones anglosajonas se apropiaron para no exhibir su poco conocimiento del tema. Tinariwen es un grupo de touaregs, la tribu que deambula por la región maliense del desierto del Sahara. Su música es un cruce entre tradición y blues. Quizá sea el sonido de sus guitarras eléctricas lo que les ha dado tal proyección internacional, pero lo suyo habla de la tristeza de los touaregs que han tenido que dejar la vida nómada en favor de su supervivencia.
Variaciones Mandinga Toumani Diabaté (Discos CoraSon, 2008)
A Diabaté se le recuerda por Songhai, donde experimentó una fusión por demás memorable con el flamenco de los Ketama. De entonces a la fecha quedó claro que el maliense era uno de los más virtuosos instrumentistas (y el más conocido fuera de África) de este singular instrumento hecho con un calabazo y 21 cuerdas de nylon —en algún momento fueron de piel de antílope— que, al arpegiarse, producen una sonoridad similar a la de un arpa. Variaciones Mandinga es la expresión neta de su arte, sin maquillaje alguno de por medio: Diabaté. Su kora. Silencio. Y el mundo girando.
Congotronics
Konono No. 1 (Crammed Discs, 2005)
La necesidad de expresarse y dar salida a su pasión por la música llevó a este colectivo de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, a elaborar sus propios instrumentos utilizando chatarra. Congotronics fue la primera muestra de un trabajo que, pese a su precariedad, consigue un sonido muy original. Es el primer lanzamiento de este grupo de aficionados que durante 30 años hicieron música para ellos mismos, sin mucha esperanza de asomar el cuello más allá, y que hoy son figuras incuestionables de la nueva música africana.
Timbuktu Issa Bagayogo (Six Degrees Records, 2001)
Pionero del enfrentamiento entre la tradición musical africana y los beats electrónicos, Bagayogo creó una fórmula que presagiaba el equilibrio que distinguiría su música: él proveería la parte tradicional, al más puro estilo de los gritos de Mali, y el francés Yves Wernet pondría el componente electrónico. Su experimento arrancó en 1998, con el álbum Sya. A la fecha tiene cuatro discos, entre los que Timbuktu resulta el más logrado: música africana de nuestro tecnificado siglo XXI.