En el centro histórico de la ciudad de México existe un espacio singular: un museo especializado en divulgar el conocimiento sobre la luz, y sus aplicaciones. El Museo de la Luz pertenece a la UNAM y lo opera la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (www.dgdc.unam.mx/) de la propia universidad. Este museo fue inaugurado en noviembre de 1996 y funciona en el antiguo Colegio jesuita de San Pedro y San Pablo en la esquina de San Ildefonso y El Carmen. Por su vocación es un museo de ciencia, por sus instalaciones es un edificio histórico del siglo XVI y por sus actividades es también un centro cultural; sin embargo, a pesar de su innovadora propuesta de combinar la ciencia, la tecnología, el arte y la historia alrededor de un tema tan importante como la luz, este museo puede desaparecer en el corto plazo y lo peor del caso, es que aparentemente, las propias autoridades de la UNAM son quienes están planeando su desaparición.

De acuerdo al personal que trabaja en el Museo de la Luz, Pilar Contreras Irigoyen, la subdirectora del museo, les informó hace unos días que René Drucker Colín, titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, les dijo que ese museo cerraría sin dar mayores explicaciones. A la fecha, no hay información oficial al respecto, pero se rumora que quieren destinar el inmueble histórico para un Museo de la Constitución (¡Bicentenario! ¿cuántos crímenes se van cometer en tu nombre?) porque en este edificio se firmó la Constitución de 1824.

Lo más sorprendente del caso (o quizá ya debiéramos estar acostumbrados) es que los dos funcionarios directamente relacionados con esta decisión; José Narro Robles, rector de la UNAM y René Drucker declararon recientemente: “la ciencia es muy importante para el desarrollo” y “a nadie le interesa invertir en ciencia, porque no hay gobiernos inteligentes”; la primera afirmación estuvo a cargo de Narro en Ensenada (25 de febrero) y la segunda fue de Drucker en la celebración del “Día del Biólogo” en la Universidad de Guadalajara el 22 de febrero. No sabíamos que la afirmación de Drucker incluía a la propia dirección a su cargo que uno pensaría está para defender los espacios para divulgar la ciencia.

El Museo de la Luz (www.luz.unam.mx/) cuenta con ocho secciones alrededor del tema central que es la luz: su naturaleza, su relación con la biósfera, las estrellas, la visión, los colores, el tiempo, las artes y el atrio. Para divulgar estos contenidos, el personal del museo realizan exhibiciones, tradicionales e interactivas, visitas guiadas, exposiciones temporales, demostraciones, talleres, cineclub, recitales, teatro cuentacuentos, conferencias, charlas informales y varias actividades extramuros. Las cifras de asistencia no son nada despreciables: alrededor de cien mil personas visitan el museo cada año. Por cierto, en la página web del Museo se está invitando a la inauguración de la exposición De ciencia y arte: un ejemplo, los vitrales para el 11 de marzo y no hay ninguna referencia al posible cierre del museo.

¿Necesitamos otro museo para honrar la Constitución? No lo sé a ciencia cierta y no lo creo; más bien pienso que lo que tenemos que hacer es respetarla y hacerla cumplir (empezando por los políticos que la citan en sus discursos, pero la ignoran en sus acciones) para construir un Estado de Derecho pleno y cotidiano.

Sin embargo, estoy totalmente convencido que necesitamos muchos más museos de ciencia y tecnología. Espacios que brinden la oportunidad a los visitantes, en particular niños y jóvenes, de conocer más sobre fenómenos naturales como la luz, el sonido, el clima, el agua, el desierto o los volcanes; lugares en los que de una manera didáctica y divertida pueden acercar a los visitantes al conocimiento que ha generado la ciencia y la tecnología. Actividades y acciones que promuevan muchas más vocaciones científicas que tanta faltan nos hacen en este país. Pienso que sería un error muy grave de la UNAM y de los funcionarios mencionados, apagar el Museo de la Luz.