Los teléfonos móviles y la conexión a internet han hecho clic. Y viven un momento excelente para facilitar las comunicaciones entre las personas.
Los teléfonos móviles e internet emprendieron una relación que pretende cambiar la forma en que nos comunicamos. La combinación ofrece a los usuarios una conexión permanente desde dispositivos que pronto dejarán de ser sólo teléfonos y se volverán estaciones de trabajo portátiles y centros de entretenimiento.
El romance lo aderezó el iPhone que, más que un artículo de lujo, es el estandarte de la movilidad en una era de hiperconexión permanente: correo, redes sociales, noticias… Todo el tiempo en todo lugar. El iPhone renovó las formas de comunicación para integrar en un aparato móvil tres servicios: teléfono, conexión a internet y opciones multimedia para escuchar música o tomar fotografías.
La tendencia era irreversible: desde antes que el iPhone y la telefonía 3G, dispositivos como la Play Station Portable de Sony, la DS de Nintendo, los teléfonos BlackBerry y la serie N de Nokia, permiten la hiperconexión en movimiento. Esto ha popularizado algunos servicios que antes sólo podían hacerse desde una computadora personal, como Twitter, la red social que registra el mayor crecimiento de usuarios (1,382 por ciento para febrero de 2009).
El sonido de Twitter
La campaña electoral del estadunidense Barack Obama, en 2008, incrementó la popularidad de Twitter, un servicio en línea considerado microblogging, que permite a los usuarios publicar breves mensajes sobre lo que se hace en cada momento. Es enviar un mensaje a los amigos en línea, como si se tratara de un teléfono móvil (si el crecimiento de esta comunidad no ha sido tan explosivo en México, se debe a que las grandes compañías de telefonía celular no ofrecen a los consumidores planes con mensajes SMS ilimitados).
Este servicio se potencia con los dispositivos con conexión a la internet que ofrecen la posibilidad de hacer actualizaciones en todo momento, a toda hora. Fue polémico el caso del congresista estadunidense Peter Hoekstra, republicano, quien reveló en Twitter, por medio de su teléfono BlackBerry, una visita secreta a Irak en febrero de 2009: “Recién aterricé en Bagdad. Creo que es la primera vez que tengo servicio en la bb [BlackBerry] en Irak. Hice 11 viajes”, escribió Hoekstra para ganarse tremendo regaño de sus compañeros.
Telefonía móvil y gratis
La plataforma Skype, comentada en MAGIS 405, intentó a finales de 2007 combinar la conexión a internet con la telefonía móvil. Skype creó su propio teléfono, el Skypephone, que permitía a los usuarios encontrar una conexión inalámbrica y realizar llamadas telefónicas gratuitas. Pero el teléfono tuvo poco éxito: no integraba los tres mínimos indispensables de la hiperconexión (teléfono, internet y servicios multimedia) y se enfrentó a la popularidad del iPhone y los BlackBerry.
Skype, propiedad de eBay, no se dio por vencido y dos años más tarde, en marzo de 2009, lanzó un programa para teléfonos de tercera generación que permite la realización de llamadas a cualquier parte del mundo fuera del plan de telefonía contratado. Esto ha generado buena polémica con los proveedores, que en algunos casos han impedido el uso de Skype en sus dispositivos a la venta.
Los ciudadanos informan
A principios de enero de 2008, en plena crisis postelectoral de Kenya, un grupo de programadores y periodistas ciudadanos de varios países africanos comenzó a desarrollar Ushahidi —que significa “testimonio” en swahili—, una plataforma en la internet que permite a los ciudadanos informar en tiempo real sobre acontecimientos relevantes a través de su celular, correo electrónico o desde el sitio web.
El sistema, desarrollado con un código abierto —aquel que permite que los usuarios lo adapten a sus propias necesidades— ha sido usado para monitorear situaciones de crisis como la invasión israelí en Gaza, las elecciones en India o más recientemente la epidemia de influenza tipo A. Ushahidi recibe la información y la despliega en un mapa y en una línea cronológica, de manera que cualquier usuario puede saber, con sólo un clic, cuándo y en dónde apareció otro caso de influenza, por ejemplo, o si un pequeño barrio de Gaza ha sido bombardeado.
Adiós, periodistas: ¿para qué mandar un enviado especial a reportar si cualquier persona puede, través de su teléfono móvil, informar a los demás?
Hola, periodistas
Aunque han fraccionado su parcela como centros de información y generación de contenidos para dar espacio a la gente armada con un teléfono móvil e internet, algunos periodistas y empresas de comunicación se han montado con éxito a la ola de la hiperconexión.
Los casos son muchos, en todos lados. Desde aquellos que generan sus propias aplicaciones informáticas para instalar en los dispositivos móviles, hasta aquellos que envían a sus reporteros a escribir casi de inmediato lo que testifican o incluso monitorear lo que otros publican en sitios como Twitter, para después publicarlo en sus medios.
El País, el periódico español del Grupo Prisa, tuvo un enviado especial en México reportando directamente desde su teléfono móvil sobre la crisis de influenza de finales de abril de 2009. The Guardian, decano de la prensa británica, mantiene un activo sistema de notificación a dispositivos con acceso a internet que acumula más de quince actualizaciones diarias. m.