Ante la sociedad que se nos rompe

La sociedad mexicana está rota por las decenas de miles de desapariciones forzadas.

Ante la sociedad que se nos rompe

– Edición 459

El acompañamiento no es tarea en la que sólo han de participar profesionales de la psicología, sino que ha de ser abrazado por las personas del entorno de las víctimas, y las organizaciones e instituciones que tratan con ellas.

A quien se le rompe su sociedad se le rompe todo, dice el psicosociólogo Pablo Fernández Christlieb, “porque pierde el derecho a tener los ideales, los recuerdos, los puntos de vista de la sociedad que lo expatria. Las palabras y los gestos con que se reconocía dejan de ser suyos, y ya no puede pensar ni sentir”. En ese sentido, la sociedad mexicana está rota por las decenas de miles de desapariciones forzadas (cuya definición remite a la acción, complicidad o aquiescencia del Estado) de hijos e hijas, familiares, amistades, personas vecinas y conocidas que agrandan cada día el vacío de sentido vital de las personas que formamos parte de ella. Nos expatria porque nos disuelve: una persona es el vínculo que tiene con otras personas, y si esa persona sufre el trauma de ser despojada de alguien querido, además pierde la confianza en los otros. Particularmente en el caso de las desapariciones forzadas, al dejar el duelo inconcluso se impide transitar de la melancolía a la creación y, por tanto, a la refundación de la sociedad —también en palabras de Fernández Christlieb—. El estado liminal de las personas desaparecidas, al no estar vivas ni muertas, tiene efectos de tortura psicológica en sus seres queridos. “Muchas personas que buscan a sus seres queridos afirman que amigos y familiares se alejan de ellas por miedo de que les pase lo mismo, como si fuesen tóxicas, como si la desaparición fuera una especie de enfermedad contagiosa”, explica Alejandro Vélez.

Es por eso que profesionales de la psicología como Carlos Martín Beristain insisten en que la atención a quienes sufren este trauma ha de ser a través del acompañamiento psicosocial, que comprende una ética de la escucha y la resonancia del dolor: ofrecer un vínculo, no sólo un tratamiento. Ello implica abordar las dificultades sentidas por las víctimas en el contexto de sus relaciones familiares y comunitarias, así como proporcionar espacios de encuentros grupales basados en la confianza y la reconstrucción de relaciones. Por supuesto, este acompañamiento no es tarea en la que sólo han de participar profesionales de la psicología, sino que ha de ser abrazado por las personas del entorno de las víctimas, y las organizaciones e instituciones que tratan con ellas. “Esto quiere decir que los abogados, antropólogos, defensores de derechos humanos, así como las instituciones estatales, deben evitar que las experiencias de violencia se conviertan en estigmas, para que las víctimas sean tratadas con dignidad”, dice Vélez. Pero, sobre todo, la situación actual de nuestra sociedad que se rompe nos demanda acompañarnos cotidianamente, a través de gestos de cuidado mutuo que restablezcan los vínculos que nos hacen ser personas.

* Este texto recoge fragmentos de reflexiones y materiales compartidos por Iván Rodríguez y trabajados con el grupo del curso de Psicología Social del Verano de 2017 en el ITESO.

 

Para leer

:: Narrativas interdisciplinarias sobre desaparición de personas, de Alejandro Vélez Salas (CNDH, 2016).

:: Acompañar los procesos con las víctimas, de Carlos Martín Beristain (PNUD, 2012).

:: “La crónica sentimental de la sociedad”, de Pablo Fernández Christlieb (2000).

MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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