¿Es falta de cariño? (¿o de dinero?)
Elizabeth Ortiz – Edición 436
En un país en el que se fanfarronea ante la Huesuda, en las familias parece mal visto planear sobre nuestra propia mortalidad. Mejor no hablar de cosas tristes. No invoques a la Parca. La contratación de seguros en México es la más baja en toda Latinoamérica.
Un seguro de vida por 600 mil pesos para un hombre sano de 35 años cuesta 15 pesos diarios, menos que una cajetilla de cigarros. Pero aunque la llamada guerra contra el narco enfrentó a los mexicanos de manera brutal con el tema de la muerte, en México la cultura de contratar pólizas no cambió de manera sensible.
En un país en el que se fanfarronea ante la Huesuda, en las familias parece mal visto planear sobre nuestra propia mortalidad. Mejor no hablar de cosas tristes. No invoques a la Parca.
Apenas unos días después de su toma de posesión, el 11 de diciembre de 2006, con el anuncio de la Operación Conjunta Michoacán, el presidente Felipe Calderón Hinojosa le declaró la guerra al narcotráfico. Fue como mover el avispero. Sólo de 2008 a 2011, las cifras de homicidios aumentaron 37 por ciento al pasar de casi 27 mil 800 a más de 38 mil, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Eso no provocó que los mexicanos formaran largas filas en las aseguradoras. ¿A qué se debería tal irresponsabilidad ante el aumento del riesgo? Las empresas aseguradoras se quejan de que no hay una cultura para proteger las propiedades y la propia vida en un país en el que 45.5 por ciento de sus habitantes es pobre, según informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
La contratación de seguros en México es la más baja en toda Latinoamérica. Luis Ignacio Román Morales, investigador del iteso, explica que la razón, más que cultural, es económica. Ganar más de 9 mil 500 pesos al mes ya se convirtió en un privilegio, añade el académico, porque en el sexenio pasado el número de personas que ganaban más de cinco salarios mínimos tuvo una caída de 24 por ciento.
Si a ningún mortal —y al Gobierno tampoco— le gusta hablar de la muerte, al sector asegurador le agrada menos. Si compro un seguro de vida y “desaparezco”, ¿mis familiares podrían cobrarlo? Ésa es una pregunta hecha a directivos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, que no respondieron.
El costo del seguro tal vez no aumentó en el sexenio de Calderón. Lo que pudo pasar es que las compañías ofrecieron paquetes con menos beneficios para que la población los pudiera adquirir. Pero ésa es otra interrogante que queda en el tintero, porque la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros (Amasfac) tampoco quiso responder el cuestionario. El hecho es que, en 2007, el número de pólizas ascendió a 6 millones 635 mil 297, y al año siguiente tuvo un aumento de 38 por ciento, al sumar 9 millones 182 mil 636, de acuerdo con la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. m
Para saber más
:: Incidencia delictiva nacional, fuero común, 1997-2013.
:: Cuadros comparativos de aseguradoras en México.
:: Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros.
:: Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas.
:: Comisión Nacional de Seguros y Fianzas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
:: Comunicado sobre resultados de la medición de pobreza 2012 de Coneval.