Infancia y películas
Eduardo Quijano – Edición
para Natalia, responsable de mi educación
A medida que crecemos y que se nos empieza a adiestrar para el trabajo, para la mansedumbre y la desdicha, el hábito de la imaginación se vuelve incómodo o peligroso, y desde luego inútil, y sin darnos cuenta lo vamos perdiendo, no porque éste sea un proceso tan natural como el del cambio de voz, sino porque hay una determinada presión social para que nos convirtamos no en individuos sanos, felices y autónomos, sino en súbditos dóciles, en empleados productivos, en lo que antes se llamaba hombres de provecho.
Antonio Muñoz Molina, La disciplina de la imaginación
Kazuo Ishiguro, el escritor británico de origen japonés, dijo que la infancia es una utopía para niños afortunados. No lo sé. Tal vez sólo sea la orilla de todo inicio, espacio favorito de las invenciones y mitificaciones sobre la historia de cada uno. Y está otra infancia con sueños, soledad, atrocidades y perversiones, la infancia a la intemperie y sin retoques, íntima e incomunicable: allá donde todo lo real reverbera, nuevo, misterioso y posible. No existen infancias apacibles ni pasados ídilicos, mejores que cualquier presente. Los ayeres infantiles se desmoronan como ilusiones fugaces. Coincido con Javier Marías en que no hay lugar común más estúpido que eso de “sacar al niño que traigo dentro”. Abunda Marías:
Claro que todos (salvo quienes padecieron una niñez atroz) tenemos a veces la sensación de que ese es nuestro verdadero sitio y de que todo lo posterior son accidentes, imposturas y artificialidad, y de que al yo auténtico y original no lo han sucedido más que falsos yoes con los que en el fondo tenemos poco que ver. (…) Lo que uno descubre al cabo del tiempo es que si alguien contiene a alguien, es el niño al futuro adulto y no al revés; y al mirar las imágenes uno no puede por menos de pensar en la carga que eso supone, en cierto sentido. Pero también aquí está fuera de lugar la autocompasión: durante toda la historia los niños han sido proyectos de adultos.
El poeta Jorge Enrique Adoum nos sitúa en el espesor de la experiencia:
Ante todo, es preciso ordenar la infancia
como un país disperso, hallar las fechas
de su límite: la dulce iniciación
en la desobediencia, la cerradura
que por necesidad puse a mi alcoba
o la primera mujer que se guardó la noche
entre sus telas estériles, sus párpados.
Y descubrí de pronto que nadie compartía
mis costumbres: la muerte había entrado
antiguamente al patio, a la bodega,
y yo crecía sobre un osario familiar.
No sé por qué, porque sí, por pura
gana, cambié las órdenes para la cena,
el sitio de los adornos, el precio
de las plumas; odié el muro
que cercaba la viña y el camino de orina
a los establos. Y ya no pude vivir más,
no podía establecer mi edad, mi oficio,
destruir la seguridad de cada día
o levantar los párpados hacia la luz
de afuera: un hombre pasaba sin llorar
bajo la lluvia, las aldeanas
completaban su cuerpo entre la hierba,
pero debía conservar la herencia intacta,
conocer los secretos del ganado,
calcular la distancia entre mi seca
seguridad y la aventura.
Así empecé
a soñar solamente con la llave,
con la bahía donde nadie hubiera
a despedirme, con migraciones de pájaros
azules. No era la pegajosa soledad
lo que buscaba sino una familia
diseminada en la distancia, una
hora de paz bajo los árboles, una hoja
sin odio entre mis manos.
Desde la infancia, Jorge Enrique Adoum
Como perspectiva lúdica sobre el tema, comparto sometido a la memoria de éste día, un desordenado recuento de películas que muestra a la infancia como territorio de ilusión, tragedia, viaje, ensoñación, piel de miedos, desgarros y aventura:
Charlie y la fábrica de chocolate
¿Cuál agregarías?
2 comentarios
Hay van 3 que me han
Hay van 3 que me han gustado:
* Donde viven los monstruos.
* El señor de las moscas
* Kikujiro (mi favorita)
Agregaría sin dudarlo El
Agregaría sin dudarlo El viaje de Shijiro, y quizá una muy dura, pero que es un most para completar la dureza de películas como ladrón de bicicletas o los 400 golpes, es Nacidos en el burdel..
Un saludo Quijano!!
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