Seguridad pública: problema de liderazgo y voluntad política
Magis – Edición
La seguridad pública es un problema de liderazgo, que implica que alcaldes, gobernadores y el presidente de la República materialicen un plan de acción que distribuya acciones concretas en cada orden de gobierno. Pero también es un tema de voluntad política porque a la mayor parte de los gobernantes el tema de la seguridad pública les da “flojera”, dijo el diputado Salvador Caro, quen participó, junto con el senador Felipe González y el académico del ITESO, Guillermo Zepeda, en un panel de seguridad pública en el marco de la V Semana de Ciencias Políticas y Gestión Pública, en el que se analizaron diversas posturas acerca de las acciones y resultados sobre el tema en México.
Según el priista Salvador Caro, “ante esta época que vivimos de preocupación, miedo e inseguridad, no tenemos claro qué es lo que nos toca hacer a cada nivel de gobierno y a la sociedad civil para resolver el problema”. A decir del legislador, el reporte Giuliani-SSP, programa de apertura a las experiencias internacionales y de contacto con las principales instituciones académicas de México, es un buen ejemplo del una política pública de seguridad que ha incidido en la disminución del delito en la Ciudad de México. “El reporte nos dice que para que las cosas en materia de seguridad pública sucedan debe de haber liderazgo y voluntad política, y un compromiso de las autoridades con la legalidad, porque el asunto de la corrupción viene en cascada. Si los de arriba andan derechitos, los policías van a estar derechitos y vamos a poder obligar a la delincuencia a someterse al orden legal”, aseguró.
Por su parte, Felipe González, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, explicó que la estrategia de seguridad puesta en marcha por el Gobierno Federal está centrada principalmente en la recuperación de espacios controlados por la delincuencia organizada, un proceso de depuración y reorganización de las instancias federales de seguridad. La recuperación de espacios se ha llevado a cabo mediante la intervención de las fuerzas armadas permanentes de combate a la delincuencia, indicó. Parte de la falta de resultados se debe a que las fuerzas armadas están sobrecargadas de trabajo: realizan tareas de policía nacional, están al cuidado de instalaciones estratégicas, atienden el plan DN-III y la protección ergológica y atienden conflictos políticos y sociales.
Guillermo Zepeda aseguró que, en la lucha contra el crimen organizado, lo más eficiente es la inteligencia policial y militar que detecte con precisión los puntos de las organizaciones criminales. “Se necesita una tipificación adecuada para cada delito penal, ya que existen delitos penales de bajo y alto impacto, a los que se les da un mismo procedimiento”.
Los ponentes concluyeron que el tema de la seguridad es un asunto que implica la creación de una adecuada política legislativa y criminal, inteligencia policial, procuración e impartición de justicia penal y un sistema carcelario y administrativo de sanciones. “Del reporte Giuliani, llegué a la conclusión de que el común denominador de los países con bajos índices delictivos es la equidad. Los gobiernos deben de impulsar el orden y la legalidad, aplicar las políticas preventivas en todos sus extremos pero sobre todo, generar condiciones para que florezca el amor filial y el amor fraterno, cuestiones que en nuestra sociedad están totalmente olvidadas”, afirmó Caro Cabrera.
Texto: Horacio Guzmán
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