“Que se apoye la educación, no que se le impongan dificultades fiscales”: Juan Luis Orozco,SJ
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El ITESO, junto con el ITESM zona Occidente, la UP, la Univa y la UAG, advierte las consecuencias que podría producir la aprobación de gravar con IVA las colegiaturas, medida que podría dejar fuera de la posibilidad de seguir estudiando a miles de jóvenes.
Ante la iniciativa presidencial para derogar la Fracción IV del Artículo 15 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, a fin de eliminar la exención del IVA en materia de educación, el ITESO, el Tecnológico de Monterrey zona occidente, la Universidad Autónoma de Guadalajara, la Universidad Panamericana y la Universidad del Valle de Atemajac consideran que la medida propuesta es injusta desde muchos puntos de vista.
El rector del ITESO, Juan Luis Orozco, SJ, expuso en su participación en el encuentro que tuvo en Guadalajara el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con líderes de los sectores productivos de Jalisco, los cuestionamientos de estas universidades locales a dicha propuesta:
· Los organismos internacionales recomiendan que se apoye la educación, no que se le tase o se le impongan dificultades fiscales. Aun cuando somos instituciones de administración privada, el servicio que prestamos es público. Somos entidades de educación pública con administración privada. Ayudamos a cumplir la obligación que el Estado tiene en relación con la educación. En muchos países el Estado apoya con subvenciones la educación que se administra de manera privada. Si ahora el Estado mexicano impone una carga fiscal adicional a estas instituciones, se aleja más de la posibilidad de incentivar, promover y mejorar la educación en nuestro país. Los jóvenes de hoy no pueden esperar soluciones a su situación para dentro de varios años, cuando ya dejaron de ser jóvenes. En particular, hablamos de un millón cien mil alumnos que son atendidos por las universidades privadas.
· La medida propuesta es injusta desde muchos puntos de vista. Se puede aplicar aquello del derecho romano: Summum ius, summa iniuria. No todas las universidades son universidades de lucro; la calidad académica y los costos económicos de las universidades no son iguales. El gasto social que hacen las universidades en becas y créditos estudiantiles no es idéntico; el gasto en laboratorios, bibliotecas e infraestructura deportiva es muy diferente; los gastos en investigación y vinculación social tampoco son del mismo peso. En las universidades con mayor trayectoria universitaria, los recursos que quedan después del ejercicio ordinario —recursos obtenidos con dificultades y en no pocas ocasiones esperando varios años— se reinvierten, en su totalidad, para mantener y elevar la calidad del quehacer universitario y para ofrecer un mejor servicio a sus estudiantes. Por todo esto, querer aplicar el mismo rasero a toda institución educativa es completamente injusto y atenta contra el desarrollo de este país. Con esta medida es probable que salgan ganando universidades que realizan poca inversión para elevar su calidad académica, para incrementar los fondos de la investigación o para vincularse mejor con la sociedad. No es el momento, pero más bien hay que luchar por elevar la calidad de la educación superior, pública y privada, sin implantar medidas que obstaculicen esta posibilidad.
· La primera batalla de las universidades con probada calidad académica, en conjunto con la educación privada de todos los niveles, será que no se grave con el IVA a las colegiaturas.
· La propuesta de “que los que más tienen que paguen más” no se sostiene en este caso, porque el hecho es que muchos de los padres de los alumnos que acuden a las escuelas y universidades privadas hacen grandes sacrificios para cubrir los estudios de sus hijos. La medida también sería injusta para estas familias. Es absurdo considerar que todas las familias que tienen hijos en universidades privadas tienen un altísimo nivel económico Todos sabemos que impuestos como el IVA golpean a los ingresos en forma inversamente proporcional. Lo que se debe gravar es el ingreso, no el egreso.
· En todo caso, como alternativa y como segunda batalla, se podría admitir que el equivalente al IVA se transfiera a apoyos en becas o créditos estudiantiles bajo la administración de las mismas instituciones. Varias universidades estamos logrando lo que supuestamente se pretende en materia fiscal, sin necesidad del IVA. Puedo afirmar que algunas lo estamos logrando con creces. El ITESO, por ejemplo, dedica más de 221 millones de pesos anuales a becas y créditos estudiantiles, que es más del 16 por ciento de las colegiaturas que recibimos. Con ello beneficia a 44 por ciento de sus estudiantes. Imponer el IVA afectaría, en primer término, a esta población, que por su situación económica no puede pagar el costo total de la matrícula. Una vez más, la población más afectada es la que históricamente ha sido la más desfavorecida en este país.
· Si se aplicara la medida de gravar las colegiaturas con 16 por ciento, es muy difícil calcular qué cantidad de alumnos perderíamos (FIMPES considera que estaría entre 20 y 25 por ciento), pero ciertamente habría una notable pérdida. Lo anterior significa que habría que reducir fuertemente la planta laboral (FIMPES habla de 16 mil puestos de trabajo). No creemos que la universidad pública pueda asumir el número de alumnos que dejarían las universidades privadas, ni la planta laboral que sería forzosamente despedida; todo lo cual elevaría el nivel de protesta social, de por sí ya fuerte en este país y que en la actualidad se manifiesta de muchas maneras negativas.
· Cabe agregar, por último, que esta medida sería un fuerte impedimento para alcanzar 40 por ciento en la cobertura de la educación superior, planteada en el Pacto por México.