Plantean propuestas para “recuperar la salud” de La Primavera
Natalia Barragán – Edición
No es un secreto que el Bosque La Primavera enfrenta muchos problemas. No sólo padece los incendios, que son cada vez más frecuentes y dañinos, como el ocurrido en abril pasado en el que se afectaron alrededor de 8 mil hectáreas, sino que también sufre los daños a la fauna, la presión urbana y las obras de infraestructura, la impunidad en los delitos ambientales, un presupuesto insuficiente, la poca valoración de la sociedad y la falta de participación de los gobiernos municipales, entre otras cosas.
Todo esto lo afirma el Consejo Consultivo Núcleo para el Desarrollo Sustentable de Jalisco, un órgano de consulta de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) integrado por académicos, empresarios, jóvenes, miembros de organizaciones civiles y de comunidades indígenas, así como representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo. El ITESO forma parte través de Rodrigo Flores Elizondo, académico de Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM).
Desde 2008, el bosque ha sido un tema de discusión al interior del Consejo. Por ello, el pasado junio el organismo organizó el Foro “Propuestas para una gestión colectiva, responsable y sustentable del Bosque La Primavera”, en el que participaron expertos en el área con el objetivo de emitir un documento de recomendaciones dirigido a la Semarnat para “recuperar la salud” y realizar mejor las labores de conservación. “El Bosque es muy frágil. Los incendios nos muestran lo mal que está manejado […] Es un punto álgido, un punto rojo. Un bosque demasiado cercano a la segunda ciudad más grande del país, que debería tener un manejo muy especial, muy cuidadoso, muy imbuido con la ciudadanía. Todos los tapatíos lo deberíamos de ver como nuestro bosque […] estar muy en contacto con los servicios ambientales, pagándolos”, explica Rodrigo Flores.
De ahí que entre las recomendaciones y reflexiones obtenidas del Foro está la necesidad de crear modelos de protección más agresivos que puedan hacer frente a una concentración urbana en crecimiento; un manejo conjunto de La Primavera con la participación de los dueños y la sociedad civil; así como la elaboración de un nuevo marco jurídico basado en los derechos humanos y su relación con el medio ambiente. “Estamos hablando de pensar en un nuevo marco jurídico […] El actual respeta mucho a los dueños, los deja con mucha libertad. En sí, eso no sería malo si tuvieran una mentalidad ambiental. La nueva visión jurídica estaría pensando en los derechos humanos primero. Los dueños tienen derechos y ahí están, pero no están redondeados en el derecho humano al agua o un ambiente sano”, señala el académico.
El Bosque La Primavera tiene una extensión aproximada de 30,500 hectáreas y se convirtió en Zona de Protección Forestal y Refugio de la Fauna Silvestre en marzo de 1980. Hoy, 54 por ciento es propiedad particular, 28 por ciento es terreno ejidal y sólo 18 por ciento es propiedad pública. Para el Consejo, el Bosque es un patrimonio de la zona metropolitana de Guadalajara que ofrece beneficios colectivos básicos para la salud y el bienestar de los habitantes; sin embargo, según consta en un documento de trabajo producto del foro, también considera que existe una “enorme presión” sobre él, además de que el modelo de manejo de Zona Protegidas es “inoperante” y no ha sido exitoso en la conservación del mismo. De ahí se deriva, también, la necesidad de revisar el Plan de Conservación y Manejo (PCM) –que incluya un plan de manejo integral del fuego–, en un proceso en el que estén incluidos todos los sectores: propietarios, autoridades, usuarios y beneficiaros del bosque, a través de consulta pública.
“Todos los tapatíos intuyen el horizonte correcto: un bosque sano y un plan de manejo que lo mantenga así. Sano incluye incluso mecanismos para prevenir incendios y para apagarlos rápidamente: alertas tempranas, brigadas que se movilizan con mucha eficiencia, mapas bien trazados de todo el territorio”, afirma Rodrigo Flores.
Acerca de si la expropiación puede ser una solución, el documento establece la necesidad de hacerlo en las áreas que estén más amenazadas o que sean más vulnerables ecológicamente. Sin embargo, en opinión de Flores, es más “madura” una sociedad que puede tener y cuidar un bosque con dueños: “No sé si nos dé para tal madurez, pero no debería darnos problema que un predio tuviera dueño, generar servicios ambientales, acordar con él cómo manejarlo y que a cambio se comprometa a no cambiar el uso de suelo”, concluye.