Las pequeñas manos trabajadoras
Adriana López-Acosta Sandoval – Edición
El libro «Por todas partes, cientos de miles», con fotografías de Natalia Fregoso y Emiliano Thiabut, además de textos de Anayanci Fregoso,recopila un año de documentar la situación de los niños trabajadores en diferentes municipios de Jalisco
Son panaderos, vendedores, mozos, cocineros, pescadores, cortadores de caña, albañiles… y niños. Realizan las mismas jornadas que los adultos y muchas veces no reciben sueldo. Trabajan en las urbes o en zonas rurales por igual. Unos van al turno nocturno de la escuela para recibir lecciones entre bostezos; otros no han pisado un aula desde los diez años.
Las lentes de los fotoperiodistas Natalia Fregoso y Emiliano Thibaut recogieron por varias partes de Jalisco los rostros, escenarios e historias de diez de los miles de niños que trabajan en diferentes sectores, algunos en condiciones de riesgo, otros en un contexto familiar, y las integraron en en libro Por todas partes, cientos de miles, volumen que, con textos de Anayanci Fregoso,recopila un año de documentar la situación de los niños trabajadores. El libro es producto de una beca de coinversión que obtuvieron del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y fue editado por la Universidad de Guadalajara y se presentó el pasado 18 de noviembre en Casa ITSEO Clavigero, en una actividad organizada por Magis, el Centro de Promoción Cultural (CPC) y el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) del ITESO.
El libro retrata una realidad que se traga la norma: si bien la edad mínima para trabajar, según la Ley Federal del Trabajo, es de catorce años, en México más de un millón de niños menores de esta edad trabajan, según datos de Unicef. “Las dependencias gubernamentales se paran el cuello hablando de que los niños son el futuro, y se olvidan de su presente”, declaró José Bautista, académico del CIFS, quien presentó el libro junto con Mario Rosales, académico del CPC.
La imagen de su futuro incierto
Los autores recorrieron las zonas de Arandas, Tala, Puerto Vallarta, El Salto, Tonalá, Mezcala, entre otros territorios en los que la mano de obra infantil es frecuente.
Durante su intervención, Natalia Fregoso recordó las precauciones que tomó para caminar con su equipo fotográfico en La Huizachera; Thibaut, por su parte, mencionó que en los primeros días que visitó La Ladrillera, camino a Puente Grande, al recargarse sobre la pared la casa de una de las niñas que fotografió, casi la derrumba. “Al salir para agarrar distancia, leo una lámina que dice, ‘Vivienda beneficiada, este gobierno está contigo’, y casi vomito. ‘Esto es absurdo, todo esto es absurdo’, pensé”, recordó el fotógrafo.
El académico Mario Rosales destacó la perspectiva redonda que ofrecieron los fotógrafos a la hora de presentar las historias; su cotidianidad en casa, su trabajo, su escuela, sus breves momentos de ocio, en medio de su ambiente vulnerable y de riesgo por el crimen organizado, las propias tareas de su trabajo y la precariedad de los recursos de sus familias. “Yo encuentro en la fotografía una muy poderosa herramienta social que va a quedar en la memoria, que puede mover a la sociedad; tal vez no cambiarla, pero aportar a ello”, dijo Rosales.
El libro Por todas partes, cientos de miles está a la venta en el Fondo de Cultura Económica, la Librería Gandhi y las librerías Educal, con precio de 340 pesos.
Para ver
En diciembre del año pasado publicamos una parte de la serie. La puedes ver aquí.