La reforma a la Ley del Trabajo divide opiniones
Édgar Velasco – Edición
De izquierda a derecha: Manuel Herrera, Jaime Zúñiga, Diego Petersen y Luis Miguel González. Foto: Luis Ponciano
¿Es necesaria una reforma a la Ley Federal del Trabajo? Sí. ¿Dicha reforma por sí sola va a cambiar las cosas en México y a disparar el desarrollo? No. ¿Va a estar lista a la brevedad? Probablemente sí, probablemente no. Así se puede resumir la charla titulada Impacto en la Productividad y en la Competitividad, que tuvo lugar en el marco del Foro La Reforma a la Ley Federal del Trabajo. Su Alcance e Impactos, como parte del programa de la Cátedra Konrad Adenauer y que se desarrolló el pasado 6 de julio en la Cámara de Comercio de Guadalajara.
A la mesa fueron convocados Luis Miguel González, director editorial del periódico El Economista; Jaime Zúñiga, delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; Manuel Herrera, presidente del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco; y Diego Petersen, del diario El Informador y quien tuvo a su cargo la moderación de los comentarios. El primero en tomar la palabra fue Luis Miguel González, quien señaló que la reforma que se está planteando “entra en el ámbito de la reforma posible, más que de la necesaria. No va a haber un cambio radical”. Al hablar de competitividad y productividad, el periodista reiteró que la ley difícilmente va a generar cambios notables, ya que depende de qué es lo que se apruebe, y llevó su afirmación más allá: “No creo que pase la reforma, está muerta, no hay condiciones porque ya viene el momento de administrar los tiempos políticos de cara a la elección de 2012”, para después añadir que “la sartén está en manos del PRI y no le conviene ningún cambio”.
El segundo en tomar la palabra fue Manuel Herrera, quien comenzó diciendo que “México está muy alejado de su potencial, con recursos desaprovechados, sin crecimiento sostenido y desperdiciando o exportando el talento humano”. Luego, dio una serie de indicadores en los que se evidencia que el país ha ido perdiendo posiciones a nivel internacional en cuanto a calidad de las condiciones de trabajo, y señaló algunas maneras de abatir dicho rezago: “Abrir espacios laborales para mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad, facilitar el trabajo a distancia, un marco jurídico moderno, incluyente, plantear nuevos esquemas de contratación, regular el outsourcing, nuevos esquemas de indemnizaciones”.
Por su parte, Jaime Zúñiga destacó la importancia de informar bien sobre las líneas en las que se discute la reforma para no generar malos entendidos como los que, dijo, divulgó “un líder sindical mal informado” el pasado 1 de mayo, al afirmar, entre otras cosas, que la reforma pretendía quitar el Seguro Social. Luego, le llevó la contraria a Luis Miguel González: “Yo creo que sí se dará este año la reforma”, dijo y despuéss agregó que “México ya no puede esperar, es necesario generar consensos, aportar, participar”. Los tres ponentes sí estuvieron de acuerdo en algo: la reforma a la Ley Federal del Trabajo será insuficiente si no se acompaña, por lo menos, de la reforma política y la hacendaria. O como las llaman algunos, las reformas estructurales.
En una segunda ronda de intervenciones, y tras algunas preguntas de los asistentes, Luis Miguel González reiteró su postura de que la reforma se va a quedar atorada en el Congreso. También dijo que “a una reforma chiquita no se le pueden pedir soluciones grandotas. Es una ley desproporcionada y aun así va a tener dificultades para pasar”. También destacó que “la visión a futuro de la reforma es patética”, cosa que desde su perspectiva es lo más grave. “Está en juego el futuro que vislumbramos. No tener idea de eso, de qué queremos, es peor que no tener reforma”.
Por su parte Manuel Herrera destacó cinco puntos que, desde su perspectiva, sí tendrán impactos positivos en el corto plazo:
- El tema de los salarios caídos, que hará que los juicios laborales sean más cortos.
- El aviso directo a las juntas de Conciliación y Arbitraje cuando una empresa vaya a rescindir el contrato de algún trabajador.
- Los contratos a prueba por 30 y hasta 180 días.
- La regulación de los outsourcing y la creación de la figura del “patrón solidario”, que pueda proteger al trabajador en caso de que la compañía que presta el servicio afecte al trabajador.
- Que quienes emplacen a huelga tengan un padrón, para certificar que, efectivamente, representan a un grupo de trabajadores.
Finalmente, Jaime Zúñiga sólo se limitó a decir que es necesario una reforma que reúna las diferentes propuestas de los partidos políticos, sin atender a intereses o líneas partidistas.
La Cátedra Konrad Adenauer se creó en 2003 sumando los esfuerzo de la Fundación Konrad Adenauer, la Unión Social de Empresarios Mexicanos y el ITESO. Entre sus objetivos se encuentran facilitar el diálogo con empresarios respecto de su perspectiva sobre la coyuntura económica y los retos sociales de México, publicar y difundir las discusiones y generar propuestas alternativas viables de políticas públicas, sociales, empresariales y educativas.