La comunidad del ITESO se solidariza con los normalistas
Adriana López-Acosta Sandoval – Edición
Miembros de la comunidad universitaria del ITESO se reunieron afuera de la Biblioteca del campus para realizar un pase de lista simbólico en solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa que están desaparecidos.
Cuarenta y tres sillas vacías se colocaron en la explanada de la Biblioteca del ITESO. Una por cada estudiante normalista de Ayotzinapa desaparecido desde el 26 de septiembre, y todos con una fotografía pegada en el respaldo. Ahí también estaba el rostro de Julio César Mondragón, el estudiante que apareció desollado en las calles de Iguala, Guerrero, un día después de lo enfrentamientos entre normalistas y la policía municipal.
Cuando la comunidad universitaria se reunió alrededor de la instalación, Rossana Reguillo, profesora e investigadora del ITESO, comenzó el pase de lista de los estudiantes de los que aún no se sabe su paradero, e invitó a algunos voluntarios para que leyeran un pasaje con fragmentos de la historia de vida de cada uno. “Recordemos que es una persona de carne y hueso, no es sólo un nombre”, dijo.
Con esta actividad, los estudiantes del ITESO se suman a otras comunidades universitarias que han hecho pública su inconformidad por los desaparecidos con manifestaciones y actos conmemorativos, como la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, el ITAM, la UNAM y la Universidad Veracruzana, entre otras.
Leyeron estudiantes, integrantes de los colectivos de la universidad, profesores, personal administrativo; se mencionaron los nombres completos, sus apodos, anécdotas y características que les atribuyen sus amigos sobrevivientes y familiares; y ante cada nombre pronunciado, los asistentes contestaron al unísono, “presente”, en honor a ellos.
Juan Carlos Henríquez, SJ —en representación de Juan Luis Orozco, SJ, rector del ITESO—, dirigió unas palabras de agradecimiento a los estudiantes y profesores que organizaron la oración y pase de lista en conmemoración del incidente de Ayotzinapa, y llamó a continuar convirtiendo la intimidación en acción, y sostener la mirada autocrítica para evitar complacencias. “Que no se nos pierda la carne concreta de nuestra indignación y descontento: esa carne son 43 jóvenes como ustedes y 43 familias en angustia; no hagamos de ellos una abstracción, porque tienen cara y porque la resistencia auténtica es la compasión”, declaró el jesuita.
Las velas se encendieron y fueron puestas en los asientos vacíos de los normalistas, sobre el nombre de Ayotzinapa y se sostuvieron también entre las manos para guardar un minuto de silencio por ellos. Para finalizar, se invitó a los asistentes a caminar entre los asientos para ver sus rostros de cerca y leer con más detenimiento su historia.
“Cuando nos levantamos por un desconocido, cuando nos reconocemos en él y nos conmovemos por un joven asesinado, cuando encontramos la compasión que nos hace lúcidos, entonces sí el espíritu redime a la materia, a nuestro mundo”, cerró Henríquez.
Además de las actividades de ayer, una delegación de itesianos participará en la marcha programada para la tarde de este miércoles, que tiene como punto de reunión la glorieta de La Normal. La comitiva del ITESO saldrá de la glorieta de entrada de la universidad a las 16:00 horas.