Elecciones y religión: la diversidad por encima de todo
Magis – Edición
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Por Laura Rodríguez
“Las iglesias tenemos el deber ciudadano de poder invitar a la gente a que vote con conciencia, y esto es importante, sin bajar línea, que acá está la gran problemática del asunto. Votar a conciencia no es votar a quien yo creo que tienen que votar, votar a conciencia implica el poder facilitarle a los feligreses las plataformas políticas que entonces les permitan a ellos decidir cuál, en su criterio, la mejor opción para lo que va a ocurrir aquí en México”, afirmó Joshua Kullock, rabino de la Comunidad Hebrea de Guadalajara, al participar en el panel “Elecciones, Ética y Religión”, realizado ayer en el ITESO.
Kullock, nacido en Argentina, afirmó que la Iglesia sí puede tener una participación activa en la política cívica, pero lo que debe evitar es polarizar y promover rispideces entre los candidatos y los ciudadanos. En este sentido, Jorge Narro, académico y politólogo de la Universidad Jesuita, señaló que debe impulsarse la construcción de una moral común, que construya colectivamente, pero cuidar que no se impongan las creencias ni las morales personales, un riesgo que corren los funcionarios públicos. “Introducir la religión y la moral religiosa en las elecciones, con el propósito o la promesa de hacerlo luego en la función pública, es inadmisible. Ostentarse como el candidato del Cardenal es anunciar la universalización de una moral particular, no la construcción colectiva y respetuosa de una moral común, una moral civil, una moral cívica o una moral de mínimos”, opinó.
En el panel participaron también Luis Alberto Sánchez Gatica, estudiante de Ingeniería en Sistemas Computacionales y activista en movimientos sociales, Carla Hernández Ramírez, egresada de Psicología de la UdeG, estudiante de Ciencias de la Comunicación en el ITESO, activista social, y Eduardo Mendoza Medina, párroco de Santa Cruz de las Huertas. Este último destacó que, ante la diversidad de creencias, lo que debe unir a las personas es la dignidad humana y la lucha social. “No se trata ni de desligarse ni de ocultar la propia fe religiosa, la propia religión, la propia moral, incluso la propia moral religiosa. No se trata de desligarse de ella o de ocultarla, se trata de no imponerla”, agregó Narro.
“Si lo que nos condena es ser distintos, apaga y vámonos. La uniformidad es peligrosa, que todos seamos iguales, que todos pensemos lo mismo, que todos creamos en lo mismo, eso sí es peligroso. El que seamos diversos no: es desafiante. Ser distintos es desafiante. Tenemos que ponernos de acuerdo, tenemos que dialogar, tenemos que respetarnos, tenemos que tolerarnos. Claro (que alguien va a ceder), ese es el desafío, la unanimidad no es desafiante, es sospechosa, decía alguien”.
Ante el planteamiento del voto nulo, los panelistas destacaron que es una forma de expresión, pero que no será útil a menos que exista una reforma que le otorgue valor electoral. También coincidieron en la necesidad de una participación activa de la ciudadanía, para evitar las imposiciones e injusticias.