Elecciones en Perú: ahora, la segunda vuelta
Antonio López Mijares – Edición
Foto tomada de BBC Mundo.
Ollanta Humala y Keiko Fujimori fueron los dos candidatos más votados en las elecciones presidenciales del domingo 10 de abril, contra la (relativa) sorpresa de los observadores. Sin embargo, ninguno de estos candidatos podría ganar en la segunda vuelta el 5 de junio, casi dentro de dos meses, atenido a sus propias bases de apoyo electoral y político: deberán negociar apoyos políticos de sus contrincantes, lo que implica, necesariamente, hacer concesiones, replantear aunque sea de manera parcial los objetivos del programa que se defiende. Y aquí el juego es múltiple: Pedro Pablo Kuczinsky, candidato de una porción significativa de las clases medias y altas, y defensor de la continuidad del modelo económico vigente, es adversario incondicional de Humala; asimismo, Alejandro Toledo, el otro candidato que disputa las preferencias de los sectores medios y altos, es enemigo acérrimo del Fujimorismo. ¿Qué consigna darán a sus bases estos candidatos, así como Luis Castañeda, ex alcalde de Lima? Y también es necesario preguntarse: ¿esas bases seguirán las orientaciones de sus líderes? El juego está abierto.
Por otra parte, no he leído todavía comentarios sobre el papel que pudiese desempeñar el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), partido del presidente en funciones, Alan García, y que no presentó candidato a las elecciones; es la organización política mejor estructurada de Perú, con militancia estable y presencia nacional. ¿Qué rumbo seguirán sus dirigentes ante las opciones consolidadas este domingo?
Respecto a los candidatos más votados apunto dos estrategias posibles: la de la moderación, para captar voto clasemediero y de las elites (el voto de Lima y, en menor medida, de otras ciudades), sin perder el propio; esta es la estrategia que tal vez siga Humala. O bien la estrategia de confrontación clasista (seguida por Humala en 2006, con malos resultados), por la cual se busque polarizar el voto entre ricos y pobres, cholos y blancos, habitantes de la montaña y de la costa, entre el Perú mayoritario y el minoritario. De cualquier manera me inclino a pensar que ambos candidatos se inclinarán por la primera opción.
Por último: no está por demás señalar que, como argumentan diversos observadores (entre ellos Farid Kahhat), era —o es— necesario corregir de un modo u otro el rumbo del país: las altas tasas de crecimiento económico de Perú por la vía de la apertura y la exportación de materias primas no han implicado una mejoría sustancial de las condiciones de vida generales. La modernización salvaje de su economía ha puesto en evidencia la falta de estructuras redistributivas, así como la escasa voluntad (o inoperancia) de las elites políticas y económicas para encaminar a la sociedad peruana por la senda del desarrollo. Tarde o temprano el desencuentro entre dinamismo económico y esclerosis política pasa factura. Las elecciones del próximo 5 de junio revelarán si Perú puede conciliar el progreso con las demandas de inclusión que hace una parte sustancial de la sociedad peruana. O bien, si el debate político se reduce a un duelo entre populismos de signo distinto.
1 comentario
Qué desgracia estos dos
Qué desgracia estos dos últimos que han quedado para la segunda vuelta. No me gusta ninguno de los dos, creo que votare en blanco. No tengo ni deseos de ir a la votacion, estoy tan decepcionada por toda esa gente que ha votado por estos dos participantes, no sé qué tienen en la cabeza, lo que pasa es que esa gente que no tiene preparacion facilitó, los convencen con un tarrito de leche o con unas cuantas palabritas, en cambio la gente preparada no la convencen fácil y como el Perú está lamentablemente lleno de gente que no tiene estudios ni preparacion, entonces aquí está el resultado.
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