El G-20 llega a Los Cabos

El G-20 llega a Los Cabos

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En el principio, fueron seis. Se reunieron, trataron de encontrar soluciones para el mundo, orientar su andar. Luego fueron siete y después, ocho: Estados Unidos, Japón, Alemania, Italia, Francia, Reino Unido, Canadá y Rusia. Finalmente se dieron cuenta que, por más poderosos que fueran, necesitaban de las economías emergentes. Así nació el G-20, un conglomerado de naciones que, según su sitio oficial se define como “el foro más importante de cooperación en las áreas más relevantes de la agenda económica y financiera internacional. Reúne a las economías avanzadas y emergentes más importantes del mundo”. Dicha reunión tendrá lugar los días 18 y 19 de junio y México, en esta ocasión, será la sede de una reunión que, como cada que se realiza, despierta pasiones de todo tipo.

Una de los principales retos que ha enfrentado la reunión es su incapacidad para escuchar a la sociedad civil. No es gratuito que ahí donde llega el G-20 se den cita, también, grupos que buscan protestar por las decisiones que se toman y que nada cambian. Y las imágenes se repiten: líderes encerrados en instalaciones rodeadas de granaderos repeliendo a manifestantes que, a fuerza de ser ignorados, buscan la manera de hacerse oír. Para intentar cambiar esto, explica Miguel Díaz Reynoso, de cara a la reunión de Los Cabos se organizaron distintas mesas de diálogo para propiciar encuentros con la academia y organizaciones civiles. La reunión de México tuvo lugar hace unos días en Guadalajara, en Casa Clavigero y en el marco de la Cátedra Konrad Adenauer, y contó con la participación de representantes del Gobierno Federal, del Colectivo Ecologista de Jalisco, del Consejo Económico y Social de Jalisco y académicos.

Los primeros en tomar la palabra fueron Jorge Zermeño y Alejandro Hernández, representantes de las secretarías de Agricultura y Hacienda, respectivamente. Ambos funcionarios aprovecharon sus intervenciones para recordar que, por ser sede, México ostentará el rol de presidente del G-20, oportunidad que servirá, dijeron, para posicionar cinco temas de particular interés para el país: la estabilización económica y las reformas estructurales, el fortalecimiento del sistema financiero, mejorar la arquitectura financiera internacional para convertirla en una economía global interconectada, la mejora de la seguridad alimentaria junto con el tema de la volatilidad de precios en la materia prima y, finalmente, la promoción del desarrollo sustentable y el crecimiento verde. A decir de ambos funcionarios, se realizaron mesas de trabajo que arrojaron propuestas como la eliminación de subsidios a combustibles fósiles, la creación de sistemas de geomonitoreo de plantaciones, eliminación de aranceles en tiempos de contingencia y propuestas de investigaciones para el mejoramiento del trigo.

Sin embargo, el optimismo de los funcionarios no fue compartido con el de los académicos. Jaime Preciado Coronado, del ITESO, el G-20 es un grupo que tiene, al mismo tiempo, virtudes y vicios. “Se reconoce que el G-20 es el hecho geoeconómico más importante del siglo XXI, pero acarrea una tendencia contradictoria. Por un lado trata de incorporar demandas colectivas, pero mantiene reformas orientadas al mercado a ultranza”. Sobre el papel de México en esta reunión, Preciado señaló que era la oportunidad para que México se vinculara con otros países de América Atina en otros términos, sin embargo, añadió, el país sigue pensando “en reformas de mercado propuestas por Estados Unidos”. Según el académico, el principal reto del G-20 radica en “el reconocimiento de la creatividad de la sociedad civil, que son quienes viven los conflictos económicos en carne propia”.

En la misma línea se condujo la también académica Guadalupe Guardiola, quien afirmó que uno de los principales problemas del G-20 es que atraviesa “una crisis de escepticismo porque sus acuerdos no son vinculantes”. Además, acusó que el grupo es “prisionero de la lógica neoliberal” y dijo que, para ella, el desafío de la reunión está en “articular un diálogo político para generar consensos que, a su vez, sirvan para crear un nuevo paradigma”.

Como representante del Colectivo Ecologista de Jalisco tomó la palabra Juan Eduardo Alvarado. Dejando de lado la diplomacia, señaló que el G-20 sólo reitera “un discurso fundamentalista de las bondades del libre comercio, pero no hay interés por los temas de cada nación ni por los derechos de la naturaleza. Sólo es un espacio de legitimación en el que México y sus funcionarios juegan un papel servil”. Por su parte, José Morales, del Consejo Económico y Social de Jalisco, señaló que de parte de su organización sólo había una propuesta: “Que se aproveche la cumbre del G-20 para establecer un consejo económico, social y ambiental que dé voz a la ciudadanía dentro de la estructura del G-20”. Y, para rematar, añadió que “la sociedad civil debe ser el integrante número 21 y la encargada de decir lo que deben hacer y no lo que pueden”.

MAGIS, año LXI, No. 505, mayo-junio de 2025, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A. C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Édgar Velasco, 1 de mayo de 2025.

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