¿Continuará la siesta?
Gustavo Abarca – Edición
Países que estaban menos desarrollados que México hace 25 años o menos, ya lo rebasaron en la carrera económica. Dentro de estos se encuentran Brasil, China, España, Corea del Sur, por citar sólo algunos. Pero, ¿a qué se debe? ¿En qué consiste la larga siesta económica de México, denominada así por Sergio Negrete, académico del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM)? La respuesta no es simple, pues se debe a una serie de factores que van desde una entrada tardía a organismos internacionales y al proteccionismo económico.
En la conferencia “La larga siesta económica de México”, dictada el pasado 4 de febrero en el auditorio Q del ITESO, Negrete destacó que el último boom económico que tuvo México fue entre los años 1978 y 1981. Sin embargo, dejó claro que éste no fue sano y desembocó en una crisis muy fuerte. El último sostenible se dio en 1970. Y está ya tan lejano que “el 77 por ciento de la población no lo vio o no se acuerda”.
Son muchos los factores han fomentado el estancamiento económico. Entre ellos, un pobre crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita —entre 1981 y 2010 ha crecido en promedio 0.51 % anual—, la llegada 40 años tarde a “la fiesta del comercio internacional” y el hecho de que en 1947 se firmó el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), que desde entonces ha sido explotado por países como Japón, Corea del Sur y la región occidental de Europa.
Otro de los factores que han fomentado este letargo económico tiene que ver con la inversión extranjera, la cual, según Negrete, sigue cerrada, ya que hay campos en los cuales está totalmente restringida como en el servicio de correo, la industria petroquímica básica, los hidrocarburos, el transporte terrestre, la televisión y la radio, entre otros, mientras que en otras áreas se encuentra parcialmente abierta, como es el caso de las aerolíneas (25 por ciento). En 1978 México resurgió como potencia petrolera, pero desde 2003 la producción ha venido a la baja a pesar de que ha subido su precio, propiciando que ahora todo apunte a que el país “deje de ser una potencia petrolera en menos de una década”. El conferencista abundó con más cifras: el crecimiento económico de México en los últimos años ha sido del 3 o 4 por ciento, cuando puede ser “arriba del 7 u 8 por ciento. Crecemos 4 por ciento y lo festejamos, pero no consideramos que crecimos porque en 2009 caímos 6.9 por ciento”. Así, recordó que países como Perú están creciendo a u8n ritmo de 10 por ciento anual.
Sobre las soluciones y la perspectiva a futuro, Negrete, quien es economista, enfatizó que México tiene una clase política que aún sigue con la bandera del patrioterismo y, de seguir así, el panorama económico no será negro, sino gris, como lo ha sido en los últimos 40 años. Por último, invitó a los presentes, la mayoría estudiantes de las carreras del DEAM o de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, a que hay que “recordar lo que vivimos, lo que pudimos ser, ya no les tocó, a mí muy poquito. Me acuerdo de las crisis”, y contestó que una solución es que hay que abrir “muchísimo, sino es que totalmente a la inversión extranjera”.