Caravana del Sur. Día 7. El grito del silencio

Caravana del Sur. Día 7. El grito del silencio

– Edición

San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- No hubo grito, ni fiesta.  En el abarrotado  teatro Hermanos Domínguez de esta ciudad, se escuchó el silencio del duelo y el dolor de las víctimas de la guerra.

“Una guerra en que, como el lodo, en el que el agua y la tierra están mezcladas, se han borrado las fronteras entre los criminales y los gobiernos”,  dijo Javier Sicilia, el poeta convertido, sin desearlo, en voz de las víctimas

“El grito de Independencia se ha vuelto impronunciable”, sentenció Sicilia.

Y justo a la hora en la que el presidente, los gobernadores y los alcaldes reproducían el ritual que la historia oficial ha encumbrado, el poeta lanzó una larga lista de motivos para el luto:

“Hoy no podemos gritar ‘Viva México’ porque, en  nombre de los intereses globales de un país extranjero, tenemos una guerra en donde se secuestra a nuestros hijos e hijas, se les desaparece, se les viola, se les asesina o se les corrompe (…) no podemos pronunciar el nombre de los seres que nos dieron patria porque, a falta de un tejido social que la clase política y el desprecio de los poderes fácticos ha ido desgarrando, nuestros jóvenes y niños tienen destruido su futuro (…) no podemos gritar porque cargamos a cuestas el nombre de nuestros muertos que la frialdad del Estado, el más frío de los monstruos fríos, ha querido borrar bajo la criminalización, la estadística y el desprecio que insulta con el epíteto de bajas colaterales (…) no podemos gritar porque hoy ningún ciudadano puede transitar por sus espacios públicos o poner un negocio o cultivar su tierra sin correr el riesgo de ser levantado, extorsionado, despojado o asesinado (…) no podemos gritar porque el gobierno, al igual que los delincuentes del crimen organizado, sólo tienen imaginación para la violencia y quieren militarizar al país como una falsa garantía de paz (…) no podemos gritar porque el latido del corazón de la patria está desacompasado y, hundidos en un pantano hecho de miseria y despojo ya no sentimos el suelo de la patria bajo nuestros pies”

La Caravana de la Paz llegó a San Cristóbal de las Casas luego de casi dos mil kilómetros recorridos y fue recibida por cientos de personas, que  marcharon por las calles bajo un fuerte aguacero. La plaza central, con la gente replegada en los portales para escuchar el saludo de Javier Sicilia evocaba la plaza mojada de Ixmiquilpan, en Hidalgo, durante la caravana zapatista de 2001.

Pero esta vez no eran indígenas encapuchados los que hablaban de justicia, sino padres y madres que han perdidos a sus hijos y a sus hijas; familias que no encuentran paz, mujeres violadas, defensores de derechos humanos que después de años de batalla han descubierto que el horror siempre puede tener un rostro peor.

Como le pasó a Gabino Gómez, quien desde Chihuahua trajo al sur el testimonio de Emma Veleta, una mujer de la comunidad de Anahuac, a 100 kilómetros de la capital del estado, quien el pasado 19 de junio pasado perdió de un jalón a ocho hombres de su familia: su esposo, cuatro hijos, dos yernos y un sobrino. Era el día del padre. Hombres armados y vestidos con uniformes de la Policía Federal entraron a su casa y se los llevaron. Emma se lo contó a Gabino el 16 de agosto, durante  la ceremonia de luto por el aniversario de la masacre en el pueblo de Creel.

“Por eso hoy me atrevo, en este rincón del la patria, a denunciar lo que pasa en el norte”, dijo el defensor de derechos humanos que ha caminado con Sicilia desde mayo pasado, cargando siempre una imagen de Marisela Escobedo, la madre que por pedir justicia en el asesinato de su hija terminó asesinada a las puertas del palacio de gobierno.

Otros testimonios como este inundaron de silencio el teatro Hermanos Domínguez. Y unos más llegaron  hasta la comunidad de Las Abejas, en Acteal, en la voz de  Julián LeBarón y el padre Miguel Concha, que fueron a llevar el mensaje de la caravana. 

Por eso, dijo Sicilia, “este 15 de septiembre del 2011, guardamos silencio (…) ese silencio grita que nuestra Independencia está traicionada, que la sangre de nuestros héroes es la sangre de los hijos y las hijas de la patria”.

 

MAGIS, año LXI, No. 504, marzo-abril de 2025, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A. C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Édgar Velasco, 1 de marzo de 2025.

El contenido es responsabilidad de los autores. Se permite la reproducción previa autorización del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A. C. (ITESO).

Notice: This translation is automatically generated by Google.