Stieg Larsson, el novelista que amaba a las mujeres
Carlos Enrique Orozco – Edición
Su caso parece haber salido de una de sus novelas: Stieg Larsson, nacido en 1954 en Suecia, fue un periodista comprometido con sus ideas. Experto en las organizaciones de la extrema derecha sueca, fundó y dirigió hasta su muerte en 2004, la combativa revista Expo. Desde joven quiso escribir novela negra y a los 47 años se dijo: “mi momento ha llegado” y se encerraba por las noches y los fines de semana a escribir las más de dos mil páginas que en total componen sus tres novelas. Como si fueran hijos, Larsson parió en nueve meses cada una de las tres novelas, pero el esfuerzo (y probablemente unos genes no apropiados mezclados con mucho tabaco y poca alimentación) le costó la vida. Murió a los 50 años víctima de un ataque cardiaco, unos días después de haber entregado el original de la tercera novela de la serie Millennium. No alcanzó a ver la fama, ni a cobrar las regalías por sus libros. Tampoco Eva Gabrielsson, su compañera sentimental por más de treinta años y quien estuvo con él hasta el final, ha podido ver nada. Dado que nunca se casaron todos los enormes beneficios del éxito editorial de Larsson – ventas por más de diez millones de ejemplares de sus libros, traducciones a 30 idiomas, derechos de cine para tres películas y lo que se acumule en el futuro- van a las cuentas bancarias de su padre y sus hermanos quienes no le han compartido nada a Eva. Paradójico y cruel final para un autor militante a favor de los derechos de las mujeres y que en sus tres novelas, el tema del mal trato – institucional, social y personal – a las mujeres es parte central de la trama. No es gratuito el epígrafe: “El dieciocho por ciento de las mujeres de Suecia han sido amenazadas en alguna ocasión por un hombre”, que aparece en el primero de sus libros.
Las tres novelas escritas por Larsson: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire podrían ser consideradas una saga por su origen escandinavo, pero el concepto “serie” les queda mejor. Están protagonizadas por dos investigadores fuera de lo común: Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist. Esta pareja singular pudiera parecer la típica combinación de hombre fuerte con mujer sensible, pero Larsson estaba muy lejos de los estereotipos; sus personajes son complejos, contradictorios y apasionados. Blomksvit, cercano a los 50 años, divorciado y mujeriego, periodista de temas económicos y editor de la revista Millennium. Terco y orgulloso, prefiere ir a prisión antes que reconocer que se había equivocado en un extenso reportaje sobre los turbios negocios de un financiero. Mikael Blomksvit es el periodista que muchos quisiéramos ver en la vida real investigando los “negocios” de Madoff, Stanford y muchos otros. Y Lisbeth es uno de los personajes femeninos más entrañables – me atrevo a escribirlo – en toda la historia de la literatura negra: 25 años, delgada y bisexual, con varios piercing, un dragón tatuado en la espalda y francamente antisocial. Pasó varios años de su vida en reformatorios y cuenta con una inteligencia privilegiada. Es hacker de clase mundial y apasionada con las matemáticas avanzadas. Con muchas razones para desconfiar de todo y de todos, pero leal a sus principios hasta la muerte y dueña de una voluntad a prueba de todo.
La primera novela Los hombres que no amaban a las mujeres inicia cuando Henrik Vanger, el patriarca de un poderoso grupo sueco recibe unas extrañas flores, enviadas sin remitente y que le recuerdan a Harriet, una querida sobrina desaparecida 36 años atrás en una situación no esclarecida, pero que ya es caso cerrado para las autoridades. El empresario decide contratar a Mikael Blomkvist, periodista fuera de circulación temporalmente por una orden judicial, para investigar a fondo el tema. Mikael acepta el trabajo y en el camino conoce a la misteriosa Lisbeth Salander quien le ayuda en la investigación en la que ningún miembro de los Vanger está libre de sospecha. Harriet despareció de una isla propiedad de la familia en una celebración por lo que Larsson nos propone una nueva versión de la clásica trama del misterio del cuarto cerrado. Esta novela ya fue llevada al cine.
Avances de la versión fílmica de Los hombres que no amaban a las mujeres
Si la primera novela está centrada en el periodista Blomksvit, en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, Lisbeth Salander es la protagonista central desde la primera página hasta la última. El epígrafe para esa novela dice: La clasificación de las ecuaciones se hace en función de la potencia más alta (el valor del exponente) de la incógnita que plantean. Si la potencia es uno, se trata de una ecuación de primer grado; si es dos, nos hallamos ante una ecuación de segundo grado, y así sucesivamente. Las ecuaciones de grado mayor a uno ofrecen varias soluciones a la incógnita. Estas soluciones se llaman “raíces”. Ecuación de primer grado (ecuación lineal) : 3X-9=0 (raíz X=3). Después de leer el epígrafe, no queda la menor duda de que estamos ante una novela de tercer o cuatro grado y con final abierto. En esta novela, Lisbeth y Mikael se enfrentan, por separado, a un complicado caso de asesinatos, trata de mujeres y varias vueltas de tuerca narrativa. La película basada en esta novela está por estrenarse.
La tercera novela La reina en el palacio de las corrientes de aire apenas fue publicada en castellano el pasado 18 de junio. Todavía no la he leído y los editores no quisieron adelantar nada de la trama por lo que prefiero no comentar nada para mantener el misterio.
Cada una de las tres novelas tiene más de 700 páginas, pero como buenas novelas negras se “devoran” rápidamente. Larsson era buen narrador y sabía mezclar sus personajes complejos, con historias de ficción, pero situadas en escenarios reales en Estocolmo y otros lugares.
La editorial Destino de España está publicando la serie Millennium. Para los imaginarios lectores que quieran leerlas, ya se pueden conseguir en librerías de Guadalajara las tres novelas (www.serielarsson.com) con su inconfundible portada negra.
2 comentarios
Yo ya termine el tercer libro
Yo ya termine el tercer libro y es muy bueno, pero me quedo con el segundo, sin duda el mejor de los tres.
Creo que es la mejor serie de libros que he leído. La muerte de Larsson es una gran pérdida para quienes disfrutamos de la novela negra, entristece saber que no veremos mas de su obra.
YO APENAS HE LEIDO EL PRIMER
YO APENAS HE LEIDO EL PRIMER LIBRO Y NO ME PARECIO DEL TODO MAL, PERO TAMPOCO ME IMPACTO O ALGO POR EL ESTILO. ES PROBABLE QUE COMPRE LAS SIGUIENTES DOS ENTREGAS SOLO PARA DISFRUTAR DEL ESTILO DE LARSSON Y DEL PERSONAJE DE LISBETH. QUE TRISTE TODOS LOS PROBLEMAS QUE HA VIVIDO LA COMPAÑERA DE LARSSON A MANOS DE UNOS VERDADEROS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES. SALUDOS.
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