¿Hay un auto volador en nuestro futuro?

¿Hay un auto volador en nuestro futuro?

– Edición

 

Las profecías y las especulaciones no son lo fuerte de la ciencia. Y cuando alguien las hace, más bien son raras. Por esta razón, el tema principal de la primera edición de 2013 de la revista Scientific American —“El futuro de la ciencia en 50, 100 y 150 años”— es poco usual tratándose de una revista de divulgación. El título parodia a una sección de la revista que retoma notas científicas publicadas por la propia Scientific American hace medio siglo, un siglo y siglo y medio (la revista tiene 167 años de existencia).

Los editores de la revista seleccionaron siete temas rectores —tecnología, física cuántica, espacio, ingeniería médica, ciencias de la vida, clima y neurociencias— para enmarcar las especulaciones del grupo de científicos consultados. Como era de esperarse, el ejercicio generó proyectos esperados e innovadores como las terapias genéticas, pero también tendencias polémicas —como el tema nuclear— y otras francamente desalentadoras, como la extinción de algunas especies, entre ellas los grandes felinos en su hábitat natural.

Entre los primeros están los autos voladores, que pudieran ser una realidad para dentro de 50 años. El artículo fue escrito por Mary Cummings, la directora del Human and Automation Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (mejor conocido por sus siglas en inglés, MIT), sin duda una autoridad en el tema.

Lo primero que nos cuenta el texto es que ya existe desde hace más de 50 años (en 1956 para ser precisos) la autorización de las autoridades aeronáuticas estadunidenses para un carro volador, el Aerocar. Incluso se construyeron algunos prototipos; el Aerocar era como un auto típico, pero con alas, podía elevarse algunos metros y recorrer distancias cortas en el aire. Sin embargo, su costo era excesivo y el proyecto se archivó para mejores tiempos porque resultaba inviable en términos económicos.

Los primeros 50 años del siglo XXI pueden ser tiempos mejores, de acuerdo a la autora. En la actualidad hay dos proyectos de autos voladores que ya han pasado algunas pruebas: el Transition, de la empresa Terrafugia en Estados Unidos y el PAL-V ONE de la empresa PAL Europa en Holanda. El Transition es un pequeño avión ligero con ruedas para ir también por tierra, puede transportar dos pasajeros con equipaje, su velocidad media es 170 kilómetros por hora; puede volar poco más de 700 kilómetros y tiene que despegar/aterrizar en un aeropuerto en la forma convencional. Mayores datos en  www.terrafugia.com/aircraft.html

 

Por su parte, el PAL-V-ONE, también para dos pasajeros, se anuncia como un híbrido entre el automóvil y el helicóptero; un vehículo personal para aire y tierra. Puede alcanzar 180 kilómetros por hora en tierra y el aire y volar hasta 500 kilómetros; no necesita aeropista para despegar,  sólo requiere 165 metros de camino asfaltado. Para mayor información en  http://pal-v.com/the-pal-v-one/

 

Las empresas fabricantes de estos dos modelos quieren convertirse en el equivalente actual de Ford de principios del siglo XX, ya que pretenden en un futuro próximo producir sus modelos para los segmentos de consumo de mediano y alto ingreso, por lo que están tratando de bajar sus costos para que el precio de los autos voladores sea menor a los 300 mil dólares.  

La autora es crítica ante el entusiasmo de los fabricantes y señala varios problemas derivados de una eventual multiplicación de máquinas en el cielo: primero, la capacidad actual de los aeropuertos y controladores aéreos es muy limitada: tendrían que habilitarse miles de pequeños aeropuertos e iniciar un intenso proceso de capacitación para formar a los nuevos agentes de tránsito aéreos para que el cielo no se convierta en un gigantesco caos. Por otra parte, las actuales licencias para pilotos están pensadas para una actividad especializada y de alto riesgo. En el caso de que se generalice la venta de autos voladores —para cualquiera de los dos modelos en experimentación— se van a tener que flexibilizar los requisitos para obtener la licencia. Con miles de máquinas voladores en los aires tripuladas por conductores (¿pilotos?) sin mucha experiencia, volar podría ser mucho más peligroso que en la actualidad.

Con todos esos problemas, la autora propone que la mejor opción para tener vehículos voladores personales y comerciales más seguros sería con la tecnología de piloto automático, es decir algo similar a los actuales vehículos aéreos no tripulados, mejor conocidos como drones (drone), de uso más o menos generalizado en el ejército estadunidense.

En la actualidad existe la tecnología básica para la navegación aérea no tripulada y sería sólo cuestión de hacer ajustes para incorporarla a naves comerciales para transportar pocos pasajeros. El auto de Los Supersónicos para dentro de 50 años podría ser un drone, concluye la autora.

Para mayor información se puede consultar el texto en http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=the-flying-car-will-finally-fly-and-drive

MAGIS, año LXI, No. 504, marzo-abril de 2025, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A. C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Édgar Velasco, 1 de marzo de 2025.

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