Santa Claus y el águila real
Ernesto Sánchez Proal – Edición
Hace un mes tuve la enorme fortuna de pasar algunos días acampando en el parque nacional de Denali, en Alaska. Durante un recorrido por el único camino para automóviles que existe en el parque, a bordo del transporte público (dado que no se admite el paso de vehículos particulares después de la milla 20, de aproximadamente 90 que tiene el camino, la administración del parque ha habilitado autobuses públicos que recorren todas las 90 millas), conocí a un ornitólogo de la universidad de Cornell, quien llevaba varias semanas allí estudiando a las aves locales. Comenzamos a conversar en español – algo muy raro, debemos admitir, en el caso de los estadounidenses – y a media conversación nos interrumpió el freno repentino del autobús y un grito: “Golden eagle at 3 o’clock” (había un águila real volando a la derecha del autobús). Después de tomar las fotografías correspondientes, le comenté a Greg (el ornitólogo) que el águila real es el ave nacional de México. Greg se quedó extrañado del comentario y, por su mirada, creí que no me había entendido en español y se lo repetí en inglés… pero de inmediato me respondió: “pero si el águila real no es común en México”. ¡¿Cómo?! Sí, me dijo, “tal vez existan algunas pocas en el norte, pero definitivamente en números pequeños”. “¡No puede ser!” Repliqué, “inclusive se le conoce como el ‘águila mexicana’ en México”. La respuesta fue sólo una sonrisa. A mi regreso encontré lo siguiente en Wikipedia: “en un estudio de 1960, el ornitólogo mexicano Martín del Campo identificó el ave en el códice (Mendoza) como el caracara o “quebrantahuesos”. ¡Vaya diferencia! El caracara o “quelele” es un halcón que muy frecuentemente se alimenta de carroña. Sin embargo, puedo perfectamente imaginar a un caracara sobre un nopal (en el códice, por cierto, no aparece ninguna serpiente; ésta se introdujo en 1823 como una serpiente acuática y en 1917 se cambió a una víbora de cascabel). De hecho es frecuente verlos sobre los cactus “órganos” en los alrededores de Sayula y Zacoalco al sur de Guadalajara. Así que el águila real era un caracara, el “águila mexicana” no es común en México y la serpiente no existió. Al final, como con muchas otras cosas, tal vez sea preferible quedarse con la belleza de la leyenda.
P.D.: estaré subiendo fotos de águila real y caracara a mi página de fotografía próximamente.