Algunos consejos para que El Buen Fin sea bueno
Laura Rodríguez – Edición
Foto: El Economista.
Revisar si realmente son necesarios los bienes que se desea adquirir y que sea el comprador el que le ponga precio al producto. Esas son las recomendaciones de Juan Carlos Martínez Alvarado, coordinador de Ingeniería Financiera del ITESO, a unos días de la segunda edición de El Buen Fin, iniciativa que busca reactivar el consumo a partir de distintas ofertas y promociones.
“[El Buen Fin] viene de maravilla, en muchas ocasiones, porque puede contribuir a que renueves algunas cosas, pero hay que tener mucha precaución. Hay que ser muy cuidadosos y hacer un análisis de, primero, cuánto me van a costar las cosas, cuáles son mis opciones, y, segundo, ponerle precio a lo que realmente necesito”, expresa Martínez.
El académico añade que “la mayoría de las personas se da cuenta después que lo que adquirió en realidad no lo necesitaba y podía haber aguantado otro año sin eso. Entonces, ahí les va una medicina: vayan a las tiendas, observen todo lo que les gustaría tener y que no necesitan, aunque tengan el dinero. Y cuando estén enfrente de esas cosas, piensen ‘¿Qué sería diferente en mi vida si tuviera esto?’. Cuando la respuesta sea ‘La verdad, la verdad, nada, pero cómo me gustaría tenerlo’, pues ya está: retírense a ver otra cosa. Y van a ver cómo, de diez cosas, ocho se van de la lista de las compras”.
Martínez Alvarado destaca que no debe olvidarse para qué sirven los productos y, con base en eso, que sea el comprador el que fije el precio que está dispuesto a pagar por ellos. Y pone un ejemplo: “Voy a comprar un refrigerador. Hay tal cantidad de modelos en el mercado, que vas a encontrar los que valen desde cuatro mil pesos hasta los que valen 30 o 50 mil. Tú decide lo que vas a gastar y di ‘No puedo gastar más de esto porque no tiene sentido’. El refrigerador sólo va a enfriar. Que va a sacar hielitos, sí, pero al final nada más congela, y congelan igual todos. Que a uno le cabe más que a otro, sí. Entonces ve las necesidades de tu familia. Que es una lavadora, nada más va a lavar. Que tiene control remoto, sí: pero al final nada más lava”.
Desde su punto de vista, mucho del problema a la hora de comprar tiene que ver con cuestiones culturales. “La gente está acostumbrada a pensar que porque va a gastar más, va a obtener más, y no es cierto. No perdamos de vista lo que va a satisfacer ese bien. Cuando se es consciente de esto, es más fácil que uno le ponga el precio. Ya que le pusiste precio, entonces identifica cuáles son las mejores condiciones”, sentencia Juan Carlos Martínez.
El coordinador de Ingeniería Financiera del ITESO considera que la iniciativa del presidente Felipe Calderón al impular El Buen Fin es positiva, pero, para que sea verdaderamente efectiva, debería incluir incentivos fiscales para los comercios, pues así se podría sancionar a los que engañen con sus ofertas. “Es un buen intento de reactivar la economía, que se activa con la comercialización. Hay que entender eso: somos un país en donde la comercialización parecería ser todo, por eso estamos llenos de gente que no produce riqueza, sino que nada más la intercambia. El Buen Fin busca incentivos para que se reactiven las ventas, pero también para que haya insumos en los hogares, que han sido sumamente golpeados a lo largo del sexenio. Lamentablemente, contra lo que el presidente Calderón había pensado que iba a suceder, se ha mantenido y ha crecido el índice de desempleo. La remuneración por la jornada laboral ha decrecido su valor, se paga menos. Si bien se ha mantenido una estabilidad económica, en gran parte por el manejo del Banco de México, realmente en su sexenio poco ha hecho él para que crezca la capacidad económica que percibe el asalariado. Y lo que ha hecho no ha funcionado, por diversas circunstancias”, asevera el académico, quien antes de concluir añade que “este tipo de iniciativas deberían estar acompañadas de incentivos fiscales, para que realmente las empresas que comercializan se vean motivadas a bajar el precio. Decirles ‘¿Sabes qué? Sobre lo que vendas en ese periodo el IVA que vas a cobrar sólo será del 10 por ciento y sólo vas a reportar el 7 por ciento’. Una cosa verdaderamente agresiva de incentivos fiscales”.