EL MUNDO INVISIBLE DE RENÉ MAGRITTE
Eduardo Quijano – Edición
Lo que tú ves no es lo que yo veo y lo que tú crees que ves no es lo que yo creo que veo
René Magritte
1962. Tenía nueve años. Aquella imagen (aún permanece suspendida en la inestable armazón de los recuerdos: un paraguas y encima un vaso con agua) me exigía ignorar que ante mis ojos tenía objetos en apariencia concretos y específicos pero… eso que veía ¿tenía una explicación? No: esa ilustración, como nunca antes otra imagen lo había hecho, me enfrentaba al poder enigmático de una representación de lo real. No todo tiene una explicación. La advertencia provenía de una reproducción de Las vacaciones de Hegel, obra del pintor belga René François Ghislain Magritte.
Desde entonces, además de la prolongada fascinación por la obra figurativa de Magritte, tal vez gané cierta indiferencia a querer interpretar siempre y cada vez cualquier imagen –especialmente pictórica- que tuviera enfrente. O bien, con mayor probabilidad, Magritte ayudó a que mis ojos empezaron a descubrir el gozo de estar alerta, sensibles a la paradoja, a la misteriosa conjugación de los lenguajes, al desconcertante sinsentido del mundo real. Lo supe mucho después: La traición de las imágenes uno de los cuadros más famosos de Magritte, nos sumerge con inteligente humor en el juego entre las palabras y las imágenes, establece la irónica relación entre el objeto y su imagen. Al verla, somos partícipes de ese desplazamiento esencial para decir que en efecto, “esto no es una pipa”
“Aquí no hay respuestas, sólo preguntas”
René Magritte
Palacio de Bellas, ciudad de México, mayo de 2010. Disfruto con el ánimo encendido de El mundo invisible de René Magritte espléndida retrospectiva del creador surrealista que con un ordenamiento cronológico ofrece en dos pisos del Palacio más de 150 pinturas, dibujos, grabados, ilustraciones para partituras, trabajos publicitarios, objetos y una maqueta; la curaduría incluye momentos de su vida privada a través de 60 fotografías y de su incursión en el mundo del cine con algunos cortos surrealistas. Pese al ansioso interés de una visita dividida en dos días, no dejo de sentirme abrumado por la multitud convocada, el ruido de la espectacularidad.
La muestra es un magnífico re-encuentro. Para aquellos que conozcan someramente a Magritte por sus irónicos sombreros de bombín, sus verdes manzanas flotantes supliendo el rostro, palomas recortando densas nubes, ojos que miran hacia adentro o cuadros dentro del cuadro, encontrarán en esta retrospectiva un nuevo continente. ¿Qué verán? Lo expuesto vale en tanto reúne obras donde fulguran las obsesiones del pintor: la naturaleza de las cosas, aves y hojas, la música y la filosofía, los caballos, mujeres, la literatura y el ajedrez; y por sobre todas, la necesidad expresada en sus propias palabras de “hacer visibles sus pensamientos”. Mientras que de otros pintores nos impresiona su calidad técnica, el poderío del trazo, el uso de color, la presencia de la luz o el uso de las sombras, en René Magritte, uno se somete a la hegemonía del absurdo cotidiano. Las cosas representadas, banales, próximas y comunes quedan bajo sospecha: ya no son más lo que creemos. A la percepción de la realidad la desestabiliza todo tipo de interrogaciones indefinibles, misteriosos enigmas y chocantes ambigüedades.
Asombros. La combinación de elementos aparentemente paradójicos o contradictorios en un mismo contexto. Por ejemplo, una copa de champaña llena de nubes (La corde sensible, de 1960), o la magnífica yuxtaposición en un mismo paisaje de un cielo diurno y una tierra nocturna (L´empire des lumières, de 1961).
En su ensayo “Teatro dentro de la vida” de 1928, Magritte refirió a su pintura como un escenario donde se abolían las leyes naturales del tiempo y del espacio. Hay en la engañosa apariencia de sus imágenes sorprendentes y poéticas, escepticismo, humor, juego, invitación a la reflexión. Para algunos resulta enervante el carácter ordinario y repetitivo de los temas tratados por Magritte. No en vano durante 80 años han sido incansablemente usadas como motivos para carteles y campañas publicitarias, portadas de libros, discos, blogs, galerías, restaurantes, plazas.
Pero en ese universo nada está anclado a una perspectiva única, la mirada de quien contempla las imágenes de Magritte es siempre interrogada por una artificialidad elocuente, las pinturas son un vértice filosófico y racional del mejor surrealismo, espacios de pensamientos dinámicos con formas quietas que invitan a nuevas experiencias perceptivas.
Comienza a interesarse por la pintura a los 12 años. El propio artista relató cómo durante un verano de su infancia solía jugar con una niña en un cementerio cuyas criptas sombrías exploraban juntos. A la salida, queda deslumbrado por la imagen de un pintor en la vecina alameda que le sugiere la idea de la pintura como un elemento mágico, cargado de poder de revelación. Un año después, Regina su madre, hastiada de vivir encerrada en un cuarto, desapareció de la casa familiar y dos semanas más tarde fue encontrado su cadáver bajo un puente en las aguas del río Sambre de la ciudad de Chátelet. Se había suicidado. Cierta mitología -que nunca avaló el pintor- refiere que Magritte presenció el hecho. La imagen de la cara de su madre envuelta por su camisón de noche cuando fue sacada del río, habría dejado huellas en varias de sus obras.
Sus pinturas incluyen a menudo grises ríos, cuerpos inmóviles, pálidos o sin vida, rostros envueltos en tela. El mejor Magritte, ése quien siempre se resistió a ser interpretado o explicado, nos convoca a descubrir lo invisible. Su fascinación por lo oculto cuando miramos, es un legado que nos pertenece como un falso espejo para ver que detrás no hay más de lo mismo.
1 comentario
Quijano qué excelente relato
Quijano qué excelente relato sobre uno de los más grandes artistas del pasado siglo. Yo fui hace como dos semanas y quedé fascinado de tan increíble retrospectiva presentada en Bellas Artes. Creo que mi también, a pesar de mi corta edad, me provocó cuestionar las imágenes que se me presentaban, después de ver a Magritte ya nada pasa inadvertido.
Gracias por tus textos, me gusta mucho tu blog, lo acabo de descubrir por la nota del Portal.
Suerte con tus crónicas y recomendaciones sobre el mundial, te esteré leyendo!
Los comentarios están cerrados.