Rubén Espinosa Becerril (1983-2015)

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Rubén Espinosa Becerril (1983-2015)

Rubén Espinosa Becerril fue un fotoperiodista y, al mismo tiempo, un artista de la lente. Si su especialidad fueron las imágenes de movilizaciones sociales, su logro al respecto tiene dos vertientes: la primera es el rostro de la persona en la multitud o frente al entorno, mientras la segunda consiste en el hallazgo de los contrastes reveladores del trasfondo político. El diálogo con los sujetos que implica en sus tomas refiere a un principio de identidad que sabe transmitir al espectador de sus fotografías, donde la mirada se vuelve el centro obsesivo que da sentido no sólo a la imagen, sino a la persona en medio de la realidad hostil. Su cámara se revela como una mirada humanizada a partir de la que se expresan relaciones múltiples ante los otros. A veces, cuando el fotógrafo es el sujeto de su propia imagen, cubre su mirada con anteojos oscuros, como si quisiera así borrarse o desaparecer. Una de sus fotografías antológicas muestra en color a un indígena o mestizo con un pañuelo que le cubre la cabeza y el rostro por completo, en una evocación de un mundo de vida real e imaginario al mismo tiempo: floreado, estelar, pleno de pliegues múltiples. La desposesión que se vierte en su riqueza. Un anuncio de tamaño espectacular en un crucero urbano muestra otra imagen en blanco y negro de un hombre, de cuyo rostro sólo vemos la mitad, los ojos fuera de cuadro, que sostiene un teléfono-cámara hacia el frente. Una suerte de autorretrato en un entorno de semáforos, postes, señales, cables y un cielo nublado y ominoso. La gente que camina o transita en marchas o manifestaciones a menudo aparece en la producción fotográfica de Rubén Espinosa Becerril, si bien descubre una y otra vez el juego de contrastes que entraña la participación política en colectividad: el icono revolucionario (Emiliano Zapata) frente a la niña de gesto firme y triste; la vela encendida que ilumina a una muchacha; el cartel que resalta en medio de la multitud sustancial: “¡Exigimos justicia! ¡Repudiamos la violencia!”; el policía armado que se cubre la cara con la mano; o el retrato oficial y amenazador del gobernante. La delicadeza de la persona sencilla en su sola existencia fue una de las preocupaciones del fotógrafo, un artista que, sus imágenes lo demuestran, comprendía su tarea al lado de los que carecen de todo y ostentan su dignidad irrenunciable. Entre las piezas de su catálogo hay una que, en especial, me conmueve: un compañero debió tomarle al fotógrafo una foto mientras él apunta al frente su cámara. Atrás de él, otro compañero le sigue los pasos. ¿O es él quien captura a un colega que lo encarna al mismo tiempo? En esa toma, Rubén Espinosa está y no está a la vez en medio de ese paraje cerril saturado de humo o de niebla, unos árboles al fondo. El peligro acecha y él persiste. Siempre con nosotros: nos habita por ausencia. Ágil, inquebrantable, acechante, leal. Lucidez sin fin que nos abraza. m.

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El fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril fue asesinado la noche del viernes 31 de julio pasado en un departamento de la colonia Narvarte, en la ciudad de México. También fueron asesinadas la activista social Nadia Vera Pérez y tres mujeres más: Yesenia Quiroz Alfaro, Mile Virginia Martín y Olivia Alejandra Negrete Avilés.

Espinosa Becerril trabajaba para el semanario Proceso, la agencia Cuartoscuro y la agencia AVC Noticias. A mediados de junio pasado había salido de Veracruz, su estado natal, debido a las amenazas y el hostigamiento que sufría debido a su labor. Buscaba trabajo en la ciudad de México. Y también buscaba salvar la vida. (Nadia Vera Pérez, por su parte, había responsabilizado al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, de lo que pudiera sucederle.)

El estado gobernado por el priista Duarte —quien se ha deslindado de los hechos e incluso ha declarado ser víctima de un “linchamiento mediático” a causa de los mismos— es no sólo una de las entidades donde se registran más casos de periodistas ultimados, sino también una de las regiones del mundo más peligrosas para el ejercicio del periodismo, según el Primer Informe Semestral 2015 presentado por la organización Artículo 19: de 2000 a la fecha, 18 asesinatos. Dicho informe consigna 227 agresiones contra la prensa en la primera mitad de este año, mientras que en todo 2014 se registraron 326.

Las fotografías de Rubén Espinosa Becerril aquí presentadas fueron tomadas de su cuenta de Instagram, @espinosafoto.

 

Sólo algunos de los fotógrafos y fotoperiodistas muertos de manera violenta o no esclarecida en territorio mexicano:

Guillermo Alcaraz Trejo

Luis Emmanuel Ruiz Carrillo

Bradley Roland Will

Irasema Becerra

Guillermo Luna Varela

Gabriel Huge Córdova

Esteban Rodríguez

Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa

Esteban Rodríguez Rodríguez

Janet Fanjón Misleh

Jean Paul Ibarra Ramírez

Miriam Denise Ramos Delgado

Misael López Solana

Raúl López Mendoza

Ernesto Araujo Cano

Arturo Barajas López

Luis Carlos Santiago Orozco

Gregorio Rodríguez Hernández

Jaime Arturo Olvera Bravo

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