Grigori Perelman, el matemático que rechazó un millón de dólares

Grigori Perelman, el matemático que rechazó un millón de dólares

– Edición

Algo tienen las matemáticas que atraen a personas fuera de lo común. No sólo son seres humanos con inteligencia extraordinaria y férrea disciplina, sino además un buen número de ellos no buscan la fama o el dinero como la mayoría de los primates desarrollados.  Grigori Perelman, matemático ruso no es el primer caso de esta especie, pero sí el más reciente. Perelman rechazó recibir el premio  de un millón de dólares ofrecido por el Instituto Clay de Matemáticas (www.claymath.org) a quien lograra resolver la Conjetura de Poincaré, uno de los problemas más intrincados en la historia de las matemáticas.

Quienes conocen la historia de Perelman no se sorprendieron de su decisión. Este matemático nacido en San Petersburgo hace 44 años es quizá el hombre con mayor currículo en la peculiar carrera de rechazar premios importantes, en especial cuando implican ingresos monetarios. Lleva – que se sepa – tres negativas: la primera fue en 1996 cuando renunció a recibir el premio del Congreso Europeo de Matemáticas. Diez años después se rehusó a recibir 9,500 euros de la Medalla Fields de la Unión Matemática Internacional, considerada como el Nobel de los matemáticos y ahora en 2010, tampoco quiso el millón de dólares del Instituto Clay.

Grigori Perelman, conocido como Grisha por sus amigos, se ha distinguido por ser muy brillante como por ser una persona introvertida y totalmente alejado de cámaras y reflectores. Sus demostraciones matemáticas no las publica en revistas académicas – como lo hacen todos los científicos del mundo – sino que los “sube” a portales especializados para que cualquiera los pueda consultar y seguir paso a paso (en este caso fue el sitio www.arXiv.org. Los imaginarios lectores que quieran revisar los post de Perelman pueden  consultar http://arxiv.org/abs/math.DG/0211159.)

Para hacerle una entrevista para un reportaje, Sylvia Nasar y  David Gruber, periodistas de la revista The Newyorker,  viajaron a San Petesburgo y estuvieron varios días afuera de su casa, esperando que Perelman saliera para abordarlo. Previamente le habían enviado correos electrónicos que nunca respondió y llevaban cartas de presentación de importantes matemáticos estadounidenses. Cuando al fin pudieron hablar con Perelman, los atendió amablemente e incluso  los llevó a conocer la ciudad. En ese reportaje, Nasar y Gruber cuentan que Perelman vive con su madre en un pequeño departamento en un viejo edificio. Dedica su tiempo libre a hacer largas caminatas en solitario en busca de hongos silvestres y no se pierde las óperas que se representan en los teatros de esa ciudad. Los imaginarios lectores que quieran leer este reportaje pueden consultarlo aquí. http://www.newyorker.com/archive/2006/08/28/060828fa_fact2

El estímulo (y los fondos) de un millón de dólares a quien resolviera la conjetura de Poincaré forma parte de una iniciativa del Instituto Clay en el año 2000 para recompensar a cada matemático que encontrara la solución correcta de cada uno de “Los siete problemas del milenio”. A la fecha sólo la conjetura de Poincaré ha sido resuelta por lo que los otros seis (P versus NP, la conjetura de Hodge, la hipótesis de Riemann, la existencia de  Yang Mills y el salto de masa, las ecuaciones de Navier-Stokes y la conjetura de Birch y Swinnerto-Dyer) siguen esperando con su bolsa del millón de dólares de premio para el valiente (o la valienta, ya que  la Unión Matemática Internacional acaba de elegir a Ingrid Daubechies como su presidenta para el período 2011-2014) que pueda resolverlos.

Con relación a la conjetura de Poincaré, sus inicios los podemos situar en 1904 cuando Henri Poincaré (1854-1912) formuló un problema de topología (estudio de aquellas propiedades de los cuerpos geométricos que permanecen inalteradas por transformaciones continuas”, según la Wikipedia) en el que conjeturó que uno de los espacios tridimensionales más conocidos, la esfera, es el único cuerpo con estas característica que cumple ciertas propiedades. En matemáticas una conjetura se define como una afirmación sin demostración;

 

 

Poincaré formuló en su conjetura en 1904. No quiso demostrarla porque dijo que “ese tema nos llevaría demasiado lejos”.  Un siglo después (2002-2003) Perelman la demostró y hasta este año los expertos del Instituto Clay verificaron el trabajo del matemático ruso y estuvieron de acuerdo con esta demostración. Por esta razón, su decisión no fue dada a conocer hasta marzo y en junio pasado, Perelman anunció que no aceptaba el premio ni el dinero sin dar mucha explicación: “Lo he rechazado. Ustedes saben; tenía muchas buenas razones para aceptar o rechazar, por eso, me tomé tiempo para dejar mi mente clara”, fue lo todo lo que declaró Perelman a una agencia informativa rusa.  Parece que entender y demostrar la conjetura de Poincaré puede ser más sencillo que explicar las razones detrás de la negativa de aceptar un millón de dólares por este sujeto fuera de serie.

MAGIS, año LX, No. 502, noviembre-diciembre 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de noviembre de 2024.

El contenido es responsabilidad de los autores. Se permite la reproducción previa autorización del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO).

Notice: This translation is automatically generated by Google.