Las moscas de Alejandro Riveros revolotean sobre los premios
Édgar Velasco – Edición 450
Egresado de Ciencias de la Comunicación por el ITESO, fue seleccionado como ganador en los Premios Literarios Estatales y Regionales Ciudad de La Paz 2015 en la categoría Cuento
Hace un par de años, Alejandro Riveros sufrió del síndrome de Stevens-Johnson, enfermedad que aparece, entre otras causas, como reacción a algunos medicamentos y ataca sobre todo la piel y las mucosas. En su caso, le dejó un considerable daño en los ojos. Sin embargo, no se quedó cruzado de brazos: cuando se recuperó, inició el camino de la rehabilitación y, al mismo tiempo, comenzó a teclear en la computadora y dio forma a Las palabras revoloteaban como las moscas alrededor de la mierda; el zumbido de sus alas era el zumbido de la rutina, libro de relatos que fue seleccionado como ganador en los Premios Literarios Estatales y Regionales Ciudad de La Paz 2015 en la categoría Cuento.
Egresado de la carrera de Comunicación del ITESO, Alejandro cuenta que el proceso de escritura del libro “fue casi terapéutico”. Y es que, dice, una vez que regresó a su domicilio luego de la estancia en el hospital, “estaba encerrado en casa y como no tenía nada qué hacer, me puse a escribir cuentos”. Detalla que lo primero que hizo fue depurar escritos viejos; luego, comenzó a escribir material nuevo. Así, fue acumulando textos hasta que surgió un problema: “No había un eje en común entre los cuentos”. ¿Cómo lo solucionó? Se inventó un título para “destantear” y que sirviera, además, para dejar claro que se trataba de un libro diverso que tiene tres secciones: la primera, titulada “Zumbido”, integrada por microficciones; la segunda, “Mierda”, contiene cuentos en donde, dice el autor, “la realidad no se rompe”; finalmente, la tercera sección, “Moscas”, recopila historias “donde la realidad sí se rompe y están pensadas como una especie de fábula”.
Antes de sufrir el síndrome Stevens-Johnson, Riveros estaba enfocado en la fotografía y en la elaboración de videos. Cuenta que del hospital salió con mucha energía, ya que casi pierde la vida. Intentó retomar la fotografía, pero el daño en los ojos no se lo permitió. Por ello, se volcó con la escritura. “Toda esa energía medio visceral está reflejada en los cuentos”, dice y reconoce otra cosa que también se puede apreciar en ellos: su paso por la fotografía. “Me interesa que las frases vayan formando imágenes. Una vez que los escribí, les fui quitando la paja, porque tengo claro que quiero formar imágenes. Secuencias de imágenes muy exactas”. Añade que si bien no tiene una formación en Letras, sí participó en diferentes talleres de escritura. Dice que sus autores de cabecera son Pedro Juan Gutiérrez, Etgar Keret, Rubem Fonseca, Raymond Carver y Jorge Ibargüengoitia.
El premio obtenido es un primer paso. Eso lo sabe Alejandro, quien para concluir cuenta que lo que viene es “probar suerte con cuentos más largos, porque este libro tiene puros cuentos cortos. Me interesa hacer también una novela”. m.