PARA SEGUIR CANTANDO AL AMOR

PARA SEGUIR CANTANDO AL AMOR

– Edición

¿Quién canta? –pregunté .- Olga Guillot  contestó mi padre que acostumbraba tararear, silbar y acompañarse con canciones mientras se rasuraba. Posiblemente ese día comenzó mi educación musical y sentimental.  El fraseo de esa voz ronca, el terciopelo ardoroso en que convertía  Olga Guillot cada bolero, acompañó  después locuras infelices,  desventuras veleidosas, festejos y noches de mal dormir. Cuando había que elegir, siempre preferí sus versiones a La Gloria eres Tú, Miénteme, Tú me acostumbraste, Qué sabes tú y muchas  otras.  Olga se te imponía con un aire de melancolía y sofoco. Era un licor fuerte y melodioso que embriagaba  con soberana complicidad. El bolero encontró en la Guillot a su reina apasionada dispuesta a usar el cuerpo entero –ojos y manos- a entregarse libre para proclamar sentimientos herejes  y  ponerle música a una  vida o a esas miles de otras cosas más que se esforzaron en formar una vida que nunca llegó.  Cantaba ella y su voz era como la neblina espesa y húmeda que envuelve a las islas. No te acompañaba, te  inundaba; y  cuando regresaba a sus grabaciones, achispado por las copas, vivía el gozo adverso del monólogo sentimental. Su registro de cantante fue de  contralto. Nunca, mientras la música fue parte clave de todos mis días,  escuché a una intérprete popular  de una voz rara, grave y tan poderosamente hermosa como la de Olga Guillot.  ¿Quién  vocalizó como ella?. Espero que algún día su vida, de dama enamorada y  artista turbulenta, se cuente con sus propias palabras.

Escribo a la hora de su partida y siento equivocarme.  No fue  precisamente su voz lo que me aturdía,  sino la exigente  provocación de  la artista temperamental,  expuesta y  volcada en la gesticulación y las contorsiones.  Sobre todo,  ahora lo sé, la forma única de interpretar y  apropiarse de cada canción. Cantó la decepción, los celos y  las traiciones con el dolor de un animal herido.  Podría desgarrarte el alma,  pero lo que escuchabas  era el canto de una  mujer plena,  nunca rota, siempre dispuesta a recuperar con fiereza lo que le pertenece.  Si la letra lo pedía Olga transformaba la emoción en gemido,  en  gozosa evocación del placer erótico. En el cine  siempre actuó como  lo que fue desde niña hasta  los 87 años: como ella misma, la artista del bolero. Tal vez  eso fue lo mejor que hizo dentro y fuera de los escenarios, actuar canciones, contar las historias de nuestros sentimientos. Su amigo periodista Carlos Aberto Montaner, lo expresó mejor: en la cubana también había algo de gitana apasionada y ferviente. Tenía duende, tronío, carácter.

Cuando ya era una leyenda, en escenarios grandes y pequeños, le aplaudí actuaciones supremas. Sólo una vez mucho después, la tuve cerca. Creo que fue cuando su hija Olga María, promocionaba un disco de la compañía Musart. Supe entonces algo más de su vida y sus amores. Que conoció a Edith Piaf, Sarah Vaughan y a muchas de las grandes voces del siglo XX. Ante su presencia me sentía en medio de  un abrazo, sometido a una voluntad contradictoria y voluptuosa, aunque efímera. Conversamos largo, casi pasó la noche entera, sobre asuntos  de la vida en Cuba, su desprecio por el régimen castrista,  su devoción por los perros y otros detalles que ya no importan. También me contó de José Antonio Méndez, personaje fascinante. Al final reímos  de sabernos tan amigos o no sé de qué, pero en la madrugada permaneció un perfume de mareas y la rechoncha sonoridad de su alegría. Cada vez que escucho sus grabaciones, la letanía interminable de su descarga todavía me hipnotiza.

MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

El contenido es responsabilidad de los autores. Se permite la reproducción previa autorización del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO).

Notice: This translation is automatically generated by Google.