HISTORIAS REDONDAS

HISTORIAS REDONDAS

– Edición

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay fútbol sin invención, del mismo modo que no hay juego sin pasión, ni devoción exenta de sometimiento. Sumergido en el ilusionismo colectivo del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, el más contagiante evento de carácter global, a partir de esta fecha  aquí compartiré(mos) HISTORIAS REDONDAS: cancha pública para dejar rodar ilusiones, recuerdos, decepciones, ocurrencias,  crónicas de un MUNDO-BALÓN.

Para empezar, un auténtico clásico en la versión de Monty Python

LITERATURA Y FÚTBOL

Fútbol y literatura suenan tan bien juntos como caballo y piano, de ahí que no haya que mezclarlos demasiado, de ahí también que no haya que renunciar a ninguno de estos placeres para disfrutar del otro.
Ray Loriga, Los tres palos


Cada aficionado conoce su gran poder: crear la mejor de las selecciones posibles.  El escritor Javier Marías,  fanático merengue,  ha propuesto un soberbio conjunto armado con cracks de la literatura.

Portería.  Dos que jugaron en su vida en esa posición: Vladímir Nabokov y Albert Camus. 

Defensas. Lateral derecho Henry James por ser de largo recorrido. En el centro Dashiel Hammet que parecía un tipo duro. Defensa izquierdo Malcolm Lowry que al ser bebedor sería uno de esos defensas duros que no dejan pasar a nadie. Lateral izquierdo. Valle-Inclán, un autor muy vivo con malas pulgas a ratos.

Centro del campo.Tres de largo recorrido: Como trabajador Thomas Mann; como 10, cerebro del equipo, mente clara y organizadora del juego,  Marcel Proust; y W. Faulkner que tiene mucho aliento.  

Delantera.  Jugaríamos con extremos: extremo derecho como siete Joseph Conrad, capaz en pocos metros de crear gran desconcierto y admiración; delantero centro Thomas Bernhard porque era muy agresivo; y con el 11, extremo izquierdo, uno de esos jugadores finos y creativos como Lampedusa

Suplentes. En la portería Camus o Nabokov que se alternarían la titularidad con igual solvencia. Para momentos de crisis no estaría mal Conan Doyle que tendría gran capacidad de juego para el medio campo. Defensa, Raymond Chandler. Y para cambio en la delantera,  un poeta: W. Yeats.

Juan Villoro sólo coincide con Albert Camus  en la portería y ofrece ésta selección y sus razones.

BIBLIOTECA FUTBOLERA

Propuesta inicial (se reciben sugerencias)

En México, el fútbol ha sido motivo de creación literaria para  Luis Miguel Aguilar, David HuertaEduardo Lagagne, Gerardo de la Torre, Rafael Pérez GayVicente Leñero, Ignacio Trejo Fuentes, Juan Villoro, José Woldenberg, Eusebio Ruvalcaba, Carlos Cuarón y  otros muchos poetas, novelistas y guionistas.  

Como auténtico tesoro, Editorial Ficticia  publica la colección Ediciones del Futbolista con -hasta ahora- seis libros: Guantes blancos: las redes del futbol, de Félix Fernández Christlieb; Enseñanzas del fútbol, de Tomás Calvillo Unna;  También el último minuto notable recopilación de cuentos realizada por Marcial Fernández; ¿Y el futbol dónde está?, de Ángel Cappa;  Anecdotario del futbol mexicano, de Carlos Calderón Cardoso y Un crack mexicano: Alberto Onofre, de Agustín del Moral Tejeda. Sobre Onofre, futbolista de las Chivas de exquisitos talentos y  perfiles trágicos, Juan Villoro ha escrito uno de sus mejores ensayos futboleros. Puede leerse aquí. También ésta versión de una selección mexicana de escritores

recuerdos

En un lenguaje justo  el  fútbol también  -y sobre todo-se conjuga en pasado. Una misma pasión, con deliciosos instantes engrandecidos y  largas calamidades,  nos obliga a recordar  y a olvidar. La memoria del aficionado  es siempre un depósito inagotable de ceremonias y rituales, recuerda todo exageradamente;  aunque la atadura no siempre sea dichosa, lo verídico y vano se alojan en el hogar terrestre de la compartida intimidad. En esos recuerdos quedan algo más que atisbos de la historia de lo que fuimos,  hay claves que explican algo de lo seguimos siendo.

¿Quién no ha disfrutado los  suculentos duelos de anécdotas sobre la cancha y el balón? ¿o las historias  de los niños y adolescentes que fuimos,  con su mala y excusable nostalgia, sobre héroes ausentes e inconfundibles momentos milagrosos? En  Nexos de junio 2010, Luis Miguel Aguilar ofrece  un notable  ejercicio memorístico al estilo de  Georges Perec en  “Je me souviens”  con Mis Mundiales: Un álbum de infancia. Imposible contener la necesidad de compartir -a pesar de los matices intransferibles- los propios.

Recuerdo  que he vivido 14 Mundiales: Chile 1962-Sudáfrica 2010. Del radio de transistores a la televisión de alta definición. De Chava Reyes al Chicharito Hernández.

Recuerdo a Carlos Flores que me enseñó a entender, desde dentro,   la vida en los estadios, sus secretos, olores y rincones. Recuerdo que varios boleteros de los estadios de  futbol  eran mis amigos y que les regalaba discos.

Recuerdo  del juego Inglaterra-México en el mundial de 1966, el comentario de (don) Fernando Marcos al portero Nacho Calderón que se sobaba el hombro después de recibir un golazo de Bobby Charton -trallazo a  la escuadra derecha-: “Si le duele, ¡aguántese!”

Recuerdo la amarga discusión con mi padre durante la final del México ’70. Mi favorita era  la selección de Italia.

Recuerdo  el gozo incontenible aquella ardiente tarde  veraniega del sábado  21 de junio de 1986 en el Estadio Jalisco cuando Francia derrotó en tandas de penaltys a Brasil, el equipo favorito de los tapatíos. Un cuarto de hora antes del final,  Zico le perdonó la vida a Francia al fallar un penal. Mi grito de felicidad provocó rencores.

Recuerdo las calles de Guadalajara en el Mundial de 1970.

Recuerdo el gol que anoté en el Estadio Jalisco con la selección del Instituto Fray Pedro de Gante que esa tarde perdió 4-2 contra un equipo de veteranos, en el preliminar de un  Guadalajara-Oro. Fue un   largo pase a la banda izquierda  del Toro  Gutiérrez.  El defensa dejó botar el balón, lo que me permitió recortarlo y después sin saber cómo,  le pegué tan espantoso  que el balón hizo un extraño y entró angulado al lado contrario. Conocí  ahí,   con el grito  de gooool de la tribuna, el más inclemente y hermoso de los desamparos.

Recuerdo que adoraba jugar al fútbol bajo la lluvia.

Recuerdo que la primera entrevista deportiva la hice a los seleccionados de Uruguay que participaron en un cuadrangular en el estadio Jalisco yla publiqué en Porvenir la revista de la preparatoria.

Recuerdo la liga de Los Animales y  tantas otras ligas sabatinas en las que participé durante 30 años. He olvidado a la mayoría de los compañeros. Sólo unos cuantos siguen presentes,  hablando de lo que todos sabíamos,  sentados a la orilla de la cancha, comentando la equivocación del árbito,  la jugada que explicaba la derrota,  la reiterada mención al chivo expiatorio, la estupidez de los cambios. Recuerdo que en una de esas ligas conocí, como centro delantero bullidor a Antonio Mota, el legendario portero. Era bastante renegón y nunca le gustaba jugar de arquero.

Recuerdo que en 1988 por razones de trabajo, tuve oportunidad de conocer todos los estadios de fútbol  de Primera División. Las historias pavorosas a las que  mi apasionamiento me arrojó en Morelia, Torreón, Ciudad Universitaria.

Recuerdo que por muchos años durante mi juventud  viví  en varias  casas ubicadas justamente a espaldas del Club Guadalajara. El padre franciscano Luis Ríos Ramírez nos llevaba los sábados a jugar un partido  contra “Las Polillas“del Guadalajara. Fueron nuestros adversarios  todos los jugadores del Campeonísimo. Recuerdo la tiendita de Justo donde después del juego, comprábamos las caguamas.

Recuerdo que admiraba a Luis Regueiro del Necaxa.

Recuerdo que tengo historia de fanático.  Las dos veces que ví al Tri en un Mundial fuera  de México,  en ambas empató. La primera, en el Mundial de EEUU 1994, 1-1 contra Italia  en el RFK Memorial Stadium de Washington con gol de Marcelino Bernal. Recuerdo que no daba crédito a la cantidad de conocidos que encontré a las afueras del Estadio. Pero ningún momento como el vivido en Francia 1998, con la magia de aquel gol de Luis Hernández en  el minuto 94  para empatar  a 2 con Holanda. Los mexicanos en el Estadio Geoffroy-Guichard de Saint-Etienne  deliramos y seguimos gritando sin parar, muchas horas después del silbatazo final. Recuerdo que uno de mis compañeros llegó al hotel sin zapatos. Recuerdo que aún tengo los boletos de esos partidos.

Recuerdo que he llorado por un partido de fútbol

Recuerdo lo importante que me sentí  cuando Ángel Fernández (a quien había conocido como promotor musical) me invitó a comer. Charlamos hasta las nueve de la noche de mil asuntos,  en especial de París, de pintura, de cocina, mujeres, de la radio.  Sólo al despedirnos, algo dijo sobre mi equipo, las Chivas. Ya no recuerdo qué.

Recuerdo que en diciembre de 1997 empecé a publicar en Público la columna  Los Juegos del Juego y que  prefería no escribir sobre fútbol. Recuerdo  las  majaderías que recibí el día que  escribí que el fútbol tiene el lenguaje más semejante a la música.

Recuerdo que la primera vez  que Natalia,  mi hija, y yo vimos un Madrid-Barcelona, mi equipo ganó 6-2.

Recuerdo que cada vez que apuesto en los mundiales, siempre pierdo. Desde 1978, Holanda me ha hecho pagar.

Recuerdo  que todavía juego fútbol, los jueves  en la Rucáscara.

Siempre recordaré los momentos y aventuras para llenar el álbum Panini de este Mundial Sudáfrica 2010 (gracias  a mis compañeros académicos, por supuesto también a Natalia, Ana y  Fabián).

medios

Este lunes 7 de junio a las 8 de la noche,  la serie “Discutamos México”  -programas televisivos de revisión crítica sobre la historia y la cultura de México- estrenará en el Canal 11 del Politécnico el dedicado al Fútbol. Participan Roberto Gómez Junco, Javier Aguirre y Roberto Zamarripa. El moderador será -inevitablemente- Juan Villoro. La repetición podrá verse en el Canal 22  el 10 de junio a las 20:00 hrs.


1 comentario

  1. Muy interesante Eduardo. Qué
    Muy interesante Eduardo. Qué enorme experiencia tienes en estos asuntos importantes (del campo de las actividades de menor importancia).
    A mi muy pocas veces me emociona el fut. Creo que me paso de autodestructivo cuando me meto al tema, por eso uno de mis artículos preferidos sobre el tema es el ensayo de Monsivais que se titula “¡¡¡Gooool!!! Somos el desmadre” (que apareció entre otras publicaciones en Cuadernos Políticos No. 47, Julio-Septiembre de 1986. Una revista que publicaba ediciones Era, supongo que ya desapareció).
    He intentado hacer seguimiento del asunto económico en el fut mexicano pero con muy pobres resultados. De hecho creo que ya perdí la carpeta donde guardaba mis lamentables datos.

    saludos
    … y seguimos en la rucáscara.
    Alejandro (CFH)

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MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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