Con la irrupción del Movimiento #YoSoy132 en la escena pública del país, muchos se han aventurado a señalar que se trata de una manifestación de la Primavera Mexicana, en franca alusión a la llamada Primavera Árabe que, el año pasado, derrocó regímenes muy arraigados en aquella región del mundo. Sin embargo, a decir de Jorge Rocha Quintero, coordinador de la Maestría en Política y Gestión Pública del ITESO, para que pueda concretarse la versión mexicana de este fenómeno es necesario que en el País se logre la confluencia de, al menos, cuatro factores: la reforma política, la participación ciudadana, la democratización de los medios y el control de los poderes fácticos. Y todo esto no podrá darse sino después de las elecciones del 1 de julio.

“Todas estas cosas se tienen que hacer después de las elecciones. La elección es, en todo caso, el punto de partida, de ninguna manera es el punto de llegada. La ‘Primavera Mexicana’ realmente se concretaría si después del 1 de julio empiezan a darse estos procesos. Esa es la clave. Si no, volvemos a caer en el error de creer que la democracia es sólo electoral. Y entonces incluso daríamos un paso atrás. Estos cuatro elementos se tienen que armar después de la elección. Hablaremos de ‘Primavera Mexicana’ si en los próximos seis años podemos concretar estos cuatro asuntos”, señala el académico.

Para Rocha Quintero, la clase política tiene que poner reglas más claras en cuanto a su actuar y lograr una reforma política que permita romper con la partidocracia y fortalecer los espacios ciudadanos y de la sociedad civil. “La participación ciudadana no se restringe al ámbito político; tiene que ver con aumentar y mejorar los niveles de participación ciudadana. Esa es su parte, participar más, vigilar más, proponer más, es decir, tener una sociedad civil mucho más activa. No se trata de institucionalizar, sino de que, efectivamente, siga habiendo participación ciudadana de múltiples formas. Más vigilante, que exija, proponga, que cuestione, que se empodere. Esa es la parte que le toca a la sociedad y esa le toca a ella solita, no va a venir de ningún otro actor”, agregó el académico.

Rocha añade que, en este escenario, el tercer actor implicado son los medios “y, evidentemente, tiene que haber una democratización. ¿Esto que significa? Que tal vez mejor no sean objetivos, pero sí tendrían que ser imparciales. La neutralidad no existe, y en ese sentido los medios pueden tener sus causas, las que quieran enarbolar, los temas que quieran tratar. Eso los medios lo definen, pero se les debe pedir imparcialidad, es decir, que no estén favoreciendo y desfavoreciendo a otros. Y no sólo eso, sino que tendrían que hacer vigente el derecho a la información, que está atrás de muchas de las peticiones que vienen haciendo en el movimiento #YoSoy132. Por supuesto que en México ese asunto incluye la reforma legal de medios, que está inconclusa. Tienes una ley que no sirve para nada, lo único que hace es mantener el oligopolio televisivo y la concentración en grandes medios. La reforma de medios tendría que asegurar la diversidad, tendría que asegurar el derecho a la información”.

El cuarto ámbito sería establecer un control de los poderes fácticos, por ejemplo, sindicatos y grupos empresariales, que influyen y se benefician de los temas políticos. “No se trata de aniquilarlos como actor político y social, pero sí de que dejen de ser poderes fácticos, poderes no constituidos socialmente y que se valen de otros medios para ejercer presión”, concluye Rocha.