Por Juan Carlos Lozano

Los vecinos de Avenida Inglaterra ya no esperan al Gobierno. Mientras en el Congreso se decide el futuro de la zona que se vería afectada por la construcción de la Vía Expréss, ellos ya se han puesto a construir un parque en las áreas verdes aledañas a las vías del tren.

Desde hace un par de semanas podan el pasto, pintan los postes de alta tensión, siembran plantas, flores y hortalizas, los niños son bienvenidos a jugar, a dibujar, a ser ellos mismos. El trabajo y la organización de los vecinos es impresionante, hay incluso una señora que prepara la comida para todos; el sábado ofreció un sabroso pozole, la semana pasada fueron tacos de pescado. Hay también señoras que recorren las zonas donde se trabaja y ofrecen agua de jamaica o refresco.

Organizaciones ciudadanas se han unido a la lucha de estas personas y han convocado a diversos proyectos. Integrantes de Ciudad para Todos pintaron un árbol sobre Avenida Inglaterra y su cruce con calle Juan Pablo. Ciudad Alterna convocó a un taller para diseñar muebles utilizando pallets de madera. En la primera convocatoria se compartieron ideas y se esbozaron algunos diseños, mesas, sillas con soporte para libros, basureros, ciclopuertos, macetas. El próximo sábado se construirán e instalarán estos muebles.

Los principales promotores de esta repentina de diseño son Luis Guillermo Natera, Juan Pablo Guerrero y Lucía Entrialgo. El primero arquitecto, los segundos diseñadores. Ellos tapatíos, ella asturiana que radica en Guadalajara desde hace un par de meses. Al preguntarles por qué intervenir un espacio contestan que no están interviniendo nada, y  que más bien “aquí estamos construyendo un espacio público, porque antes no había nada y son estos espacios los que hacen la ciudad más humana”.

En una charla en la que van complementando sus ideas, Guerrero comienza, “los ciudadanos están retomando sus calles, adoptan su espacio y generan soluciones a problemas que afectan la ciudad”, a lo que Natera añade, “este proyecto no es nuestro, es de todos los que quieran participar”, y finalmente Entrialgo asegura que ellos sólo brindan “las herramientas para utilizar la ciudad”.

Cuando le pregunto a Natera qué hace un arquitecto diseñando, la situación se tensa un poco, sin embargo, él responde, “no se trata del diseño en sí, se trata de la participación sin importar la profesión”, la situación se relaja de nuevo y la charla continúa.

Ellos saben que por el momento ofrecen soluciones temporales a necesidades permanentes y que será necesario continuar gestionando, junto con los vecinos, la instalación y mantenimiento del mobiliario adecuado.

Este proceso de recuperación del espacio comenzó realmente hace tres años, cuando la doctora Alicia Jaik, en sus propias palabras, “adoptó la vía” y comenzó a mantener un pequeño jardín frente a su tienda. La señora, que ejerció la medicina por más de 30 años, decidió un día embellecer la zona y sembró árboles frutales y rosas. Hay naranjos, aguacates, limas y limoneros. “Los árboles ahí están y no sólo dan sombra, escogí esos árboles porque pasa mucha gente por aquí, gente con mucha necesidad y es mi manera de ayudarlos”.

Los vecinos ya se le han unido, los jardines seguirán floreciendo y los frutos madurando.

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