Competir en los negocios de la vida

Producto extranjero

Competir en los negocios de la vida

– Edición 396

Producto extranjero

La competitividad está relacionada directamente con la capacidad de innovación, y las nuevas condiciones del mercado; en el entorno de la globalización, es prioritario desarrollar estrategias enfocadas sobre la organización regional de la industria. Un ejemplo significativo de ello está en las industrias dedicadas a la biotecnología, pues, como analiza el autor de este artículo, la clave de la prosperidad del sector puede localizarse precisamente en el surgimiento de clusters y de alianzas.

Por Álvaro Pedroza

Pareciera que algunos empresarios mexicanos todavía no se han dado cuenta de que estamos viviendo una globalización en la que empresarios de otros continentes, especialmente Asia, están luchando (compitiendo) por quedarse con sus negocios o por generar nuevos negocios basados en productos de alto valor agregado. Por ello, es necesario que se “despabilen” y se froten los ojos. Al afirmar que dichas compañías asiáticas van por el mercado, se quiere decir que pretenden arrebatarles los clientes, quitarles su negocio y, por tanto, desplazar al personal de las empresas mexicanas.

La amenaza es muy seria porque los gobiernos de muchos países asiáticos tienen libertad para diseñar estrategias en cada sector y en cada zona para competir; además de que su población sabe trabajar con mucho ahínco y gran disciplina. Es decir, no se trata sólo de que la mano de obra sea la más barata porque abunda y de que sepan comer poco, sino que aprenden con rapidez, son muy diestros y están acostumbrados a pensar. La amenaza real surge al combinar esta mano de obra barata y eficiente con las habilidades ancestrales para el diseño, las matemáticas, la ingeniería de reversa y la ingeniería de primera, así como una pasión por la ciencia, de una nueva casta de científicos, técnicos e ingenieros.

No se trata de que una empresa se pelee contra otra, se trata de que ante determinado cliente, nuestro “producto-servicio” compite contra varios “productos-servicios” de nuestros competidores nacionales e internacionales. Ahí, frente al cliente, en una operación dada, se da el terrible choque competitivo de las empresas. Si el cliente nos prefirió, ganamos esa batalla; en caso contrario, la perdemos. En la lucha por el mercado el precio es importantísimo, pero cuidado, éste es definido por la forma como se hacen las cosas, es decir, por el nivel tecnológico de lo que hacemos y lo que hacen los competidores para agregar valor, algo que nosotros todavía no sabemos hacer.

Las características básicas del entorno competitivo actual hacen referencia a la globalización de los mercados y al rápido cambio tecnológico, en el cual la innovación es factor clave para obtener, mantener y aumentar la ventaja competitiva. Para las avanzadas economías industrializadas, el crecimiento económico está cercanamente ligado a la capacidad de innovación: la habilidad para transformar conocimiento e ideas en nuevos productos, procesos o servicios. Así, por ejemplo, las ciencias y las tecnologías de la vida que utilizan, sobre todo, empresas productoras de alimentos y farmacéuticos, evolucionan y, por ende, sus productos o formas de afectar a la sociedad.

MÁS PATENTES QUE COMPUTADORAS
La biotecnología aporta grandes beneficios potenciales a la humanidad. Ya a principios de este siglo, en Estados Unidos, el número de patentes biológicas y de biotecnología excedió el de patentes de computadoras y telecomunicaciones. Previamente, los institutos nacionales de salud, en cooperación con varias organizaciones de investigación, comenzaron el Proyecto del Genoma Humano (PGH) en 1990 en ese país. Entre sus muchas metas destacaban cuatro, pero la fundamental y primera era trazar un mapa y la secuencia del genoma humano completo. La finalización del trazado de la secuencia se anunció conjuntamente en febrero de 2001 en las revistas Nature y Science. La medicina genómica que identifica las variaciones en el genoma humano, que determinan el riesgo de padecer enfermedades comunes, dará lugar a una práctica médica más individualizada, más preventiva y más predictiva, mientras que en el área de tratamiento farmacológico se vislumbran grandes oportunidades para las empresas farmacéuticas.

 

ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
No hay nación capaz de sostener altos salarios o competir en los mercados globales con la producción de artículos estándar con métodos tradicionales, especialmente cuando se compite con países cuyos costos de producción son menores. En mi viaje a Seúl hace un año constaté los avances del pueblo coreano: en 1985, México y Corea registraban más o menos el mismo número de patentes anuales que Estados Unidos y el PIB percápita estaba uno a uno. ¿Por qué nos debe importar el número de patentes que se genera en eu por año? Porque si ésta es una Economía del Conocimiento y uno no genera conocimientos, ni los protege ni los vende, no se tiene de qué vivir. La buena noticia es que de 1985 a 1998, el número de patentes generado en México se duplicó. Ya estábamos generando cerca de cien patentes. La mala noticia es que en el mismo periodo Corea pasó de registrar 50 patentes anuales a 3 mil 400 (la compañía coreana Samsung es el cuarto productor de patentes totales en Estados Unidos). En Corea se tiene una relación de 13 mil coreanos por cada patente en nuestro país vecino del norte; la nuestra es de aproximadamente un millón 200 mil mexicanos por cada una. En la actualidad la relación del PIB per cápita es de dos a uno en favor de los coreanos.

Si creemos que este mundo está transitando de una economía de bienes básicos a una Economía del Conocimiento —y ésta es la tendencia y éstos son los recursos necesarios para patentar algo—, adivinemos qué país será más rico en el corto plazo y qué países serán cada día más pobres.

Aunque la innovación promueve crecimiento económico en el nivel nacional, el acento de la innovación es regional, en los lazos entre empresas, universidades, gobiernos estatales y locales, y trabajadores. Globalmente, competitividad e innovación están concentradas en clusters regionales, grupos de empresas ligadas entre ellas y cercanas geográficamente, asociadas con otras instituciones. La habilidad de un país para crear productos y servicios de alto valor agregado, a la vez que empleos con altos salarios, depende de la creación y el fortalecimiento de estos nodos regionales de comercio.

INCUBAR LA INNOVACIÓN
Los clusters mejoran significativamente la habilidad de economías regionales para crear prosperidad porque actúan como incubadores de innovación. Organizaciones ubicadas en ellos tienden a innovar más rápidamente que aquellas

¿ALGUIEN ESTÁ HACIENDO ALGO?
El Consejo de la Competitividad de Estados Unidos (Council on Competitiveness), con ayuda de fondos provistos por Merck Sharp & Dohme, está llevando a cabo una iniciativa para apoyar el desarrollo del sector de ciencias de la vida en México. Al lograr mayor relación entre los sectores de ese país con su contraparte mexicana, el Consejo busca promover alianzas que mejoren su competitividad frente al desafío que la globalización presenta. El objetivo final de este esfuerzo es incrementar la prosperidad de los ciudadanos de ambos países.

BIOCLUSTER DE OCCIDENTE
Recientemente, con apoyo de las instituciones mencionadas, se presentó en el ITESO el taller Ciencias de la Vida en Guadalajara, Creando un cluster Competitivo, cuya finalidad fue apoyar el desarrollo del Biocluster de Occidente (BO), organismo integrado por instituciones de nivel superior y empresarios, cuya finalidad es facilitar la transferencia de tecnología y la creación de negocios ligados a las ciencias de la vida. El Biocluster de Occidente estará conformado por el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), miembro del Sistema de Centros Conacyt, la Universidad de Guadalajara (UdeG), el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) y empresarios, tanto del sector farmacéutico, en las ramas humana y veterinaria, como de alimentos de la región.

Débora Lazard, directora de Redes de Innovación de Merck, explicó durante el taller que “anteriormente Merck se veía a sí misma como la única capaz de inventar las medicinas que resolverían los problemas del mundo, pero se dio cuenta de que hay una enorme fuente de riqueza tecnológica afuera de Merck, y con la visión de establecer relaciones estratégicas con universidades y empresas mexicanas en el desarrollo de moléculas nuevas que pudieran converger en estrategias de licenciamiento global, ha estado impulsando en nuestro país el desarrollo de innovación en las ciencias de la vida a través de programas como los premios a la Innovación en Salud y Alimentación 2006, y el apoyo a los cuatro polos de innovación emergentes en México relacionados con las ciencias de la vida, específicamente Cuernavaca, Irapuato, Monterrey y Guadalajara, mediante su relación con el Biocluster de San Diego”.

Ken Morris, por su parte, habló de cómo San Diego y Tijuana han colaborado con su desarrollo regional al construir clusters de innovación regional que se extienden a lo largo de la región de la frontera. Así, como resultado del creciente cluster de las ciencias de la vida en San Diego, la región de Tijuana se ha beneficiado de manera importante de la actividad transfronteriza. La región ha desarrollado una capacidad importante para la fabricación de dispositivos médicos y demás equipo biomédico. Morris mencionó también los hallazgos del estudio Innovación sin fronteras: catalizando la competitividad transfronteriza de la Región San Diego–Baja California. Concluyó su participación con diversas recomendaciones específicas que abordan distintos temas y ofreció otras sugerencias, algunas de las cuales podrían ser tropicalizadas en e BO:
:: Crear un centro tranfronterizo de Innovación y Competitividad.
:: Lanzar un programa transfronterizo para fomentar vínculos científicos y de tecnología; difundir los conocimientos obtenidos por la investigación y comercializar los descubrimientos.
:: Brindar investigación continua y reportes analíticos sobre clusters transfronterizos.
:: Colaborar con Baja California para establecer estudios clínicos transfronterizos como precursores para desarrollar una industria biofarmacéutica transregional.
:: Promover redes de inversionistas de capital de riesgo en las californias.
:: Promover tecnologías e infraestructura de “fronteras inteligentes”.
:: Expandir los vínculos transfronterizos actuales y crear nuevos en los áreas de educación y de investigación.
:: Estandarizar datos económicos, de salud y de educación.
:: Convocar a un grupo de trabajo de alto nivel para evaluar la factibilidad de un modelo en las californias basado en el programa exitoso de inBio.
:: Explorar vínculos económicos más amplios, en áreas no-tecnológicas.

Randall Kempner, vicepresidente de Innovación Regional del Council on Competitiveness compartió algunas anotaciones respecto al reporte del análisis de las políticas mexicanas en el nivel nacional en materia de innovación en ciencias de la vida, en las que evaluó las fortalezas y debilidades de los clusters en tres regiones en México: Guadalajara, la ciudad de México y Monterrey. Dicho reporte ofrece recomendaciones en los niveles nacional y regional con el objetivo de apoyar el desarrollo de la industria. En cada recomendación el informe ofrece tácticas de instrumentación y plazos, y sugiere las organizaciones que podrían dirigir el proceso.

Queda el reto para los líderes integrantes del emergente Biocluster de Occidente y para las organizaciones gubernamentales de apoyo, de establecer las relaciones y acciones que lleven a hacer competitivos, en el contexto de la globalización, a los agentes involucrados en un sector: el de las ciencias de la vida, que pueden aportar grandes beneficios a las sociedades de ambos países. m.

MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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