Fe, milagros y ciencia: explicar lo inexplicable

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Fe, milagros y ciencia: explicar lo inexplicable

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Misterios de la fe, la nueva serie que Discovery Channel estrenó en México el pasado 20 de mayo y que se transmite en América Latina, tiene dos personajes principales: Gabriela Calzada, conductora de televisión y periodista; y el sociólogo Juan Carlos Henríquez, SJ, académico del ITESO que imparte la clase “Teoría de la creencia” y que cuenta con una amplia trayectoria en medios de comunicación, particularmente la radio.

 Juan Carlos Henríquez, conductor de Misterios de la Fe. Foto: Luis Ponciano

Lluvias de sangre que caen sobre un pueblo, gente que sufre espantosos accidentes y sigue viva, curaciones inexplicables para la ciencia, figuras religiosas que absorben la ira de quienes se acercan a ellas, estatuas que lloran, personas martirizadas por los estigmas… ¿Qué es un milagro y qué no lo es? ¿Por qué la gente cree lo que cree? ¿Cuál es el papel de Dios en las vidas de quienes dicen haber experimentado un milagro? ¿Cuál es el papel de Dios en la vida de un televidente ateo?

Misterios de la fe, la nueva serie que Discovery Channel estrenó en México el pasado 20 de mayo y que se transmite en América Latina y, a partir del jueves en Estados Unidos, tiene dos personajes principales, dos buscadores de historias que van “a la caza” de milagros y fenómenos religiosos que a la ciencia pura y dura le cuesta explicar de cabo a rabo, dejándolos en el brumoso terreno de lo “sobrenatural”: Gabriela Calzada, conductora de televisión y periodista; y el sociólogo Juan Carlos Henríquez, SJ, académico del ITESO que imparte la clase “Teoría de la creencia” y que cuenta con una amplia trayectoria en medios de comunicación, particularmente la radio.  

Misterios de la fe es un thriller, una historia de detectives. Están buscando la presencia de Dios en la vida de otros; para esto van siguiendo casos, narraciones, historias que la gente cuenta y en donde afirman que la mano de Dios intervino de determinada manera. Eso que comúnmente se llama: milagro”, explica el jesuita, quien dice tener muchas facetas a la hora de enfrentarse a esa palabra: milagro. “Hay muchos Juan Carlos, y cada uno reacciona de manera distinta. El Juan Carlos más cerebral es muy escéptico; en mi experiencia, el mundo funciona con determinadas leyes y nunca he visto que se quiebre ninguna. Hay otro Juan Carlos, el de la fe, el que sí ha tenido experiencia de Dios en su vida, que me invita a que esté abierto a escuchar la historia del otro. Luego hay un Juan Carlos que es sociólogo, y abre los ojos y los oídos lo más que puede, porque sabe que está delante de algo que es fundamental en la sociedad: la construcción de sentido último”.

Para explicar eso que llama “construcción de sentido último”, Henríquez recurre a los sociólogos clásicos. “Uno de los padres de la sociología, Max Weber, era medio existencialista. Decía: ‘En el fondo el mundo no tiene sentido, y tú lo sabes y yo lo sé. Sin embargo, la tarea más delicada que hacemos los humanos no es ponernos a producir bienes materiales, sino a emprender la gran construcción, la gran empresa, la gran fabricación de sentido profundo, para darle sentido a un mundo que no lo tiene’. Como sociólogo, lo que yo veo delante de estas narraciones de los milagros, es el esfuerzo comunitario con el que nos vamos dando sentido para decir que esta vida en colectividad vale la pena vivirla, vivirla plenamente”.

Al igual que Weber, otros clásicos como Marx y Durkheim, añade Henríquez, vislumbraron la importancia del hecho religioso en las sociedades modernas. “[Intuían] que en el campo religioso se está jugando la conformación social, y no en el campo del Estado. Todos somos espirituales, porque todos tenemos la tarea de plantarnos de determinada manera y tener una visión única delante del mundo. Puede ser con Dios o sin Dios; lo esencial es la afirmación de esasubjetividad ante el mundo”.

 

Un sobreviviente con ideas claras. ¿Milagro?

Disfrutar la vida a plenitud es lo que intenta hacer un humilde poblano que aparece en la serie. Un caso que, reconoce Henríquez, lo conmovió y lo dejó sin explicaciones “racionales”, ya que después de caer de una altura de 52 metros y ver cómo una varilla de acero le atravesaba la cara, el cuello, la clavícula y el pulmón, la muerte no le llegó, sin que ningún médico pudiera explicar cómo había sobrevivido. 

“Debo reconocer que ante ese caso no logro explicación alguna de qué es lo que pasó. ¿Cuál es mi conclusión interior? Este chico tiene resuelta la pregunta más importante de todo ser humano: ‘¿Para qué estoy aquí?’ Y en sus propias palabras, él está en esta tierra ‘para cuidar la vida de los que él ama’. Ese es el sentido de su vida, con esa claridad un albañil te lo está diciendo”.

¿Es ese entonces el sentido del programa, hacer que la gente se pregunte sobre su espiritualidad y sobre lo que significa estar en este mundo? El conductor y sociólogo dice que sí. “Si después de ver un programa de estos alguien dice: ‘ellos dicen que Dios intervino en sus vidas… ¿Y en mi vida interviene, ha intervenido?’ Si logramos colocar la pregunta por la relación que tú tienes con Dios, misión cumplida. Si logramos colocar ante un no creyente la pregunta de por qué es tan importante Dios para los creyentes, tiene sentido el programa”, afirma el jesuita.

En el programa, Calzada y Henríquez escuchan a los testigos de los presuntos milagros, revisan fotografías, videos, acuden con científicos forenses y otros especialistas con la intención de encontrar una explicación a dichos sucesos.

Y si de creer o no en milagros se trata, él afirma en uno de los promocionales de la serie que no cree en “los” milagros en plural, sino que cree en un milagro. ¿En cuál? “Creo en el milagro de la vida, en el milagro de Dios que se hace vida y se hace presencia en ti y en mí. Creo que eso es milagroso”.

Paso a la televisión arriesgada, no tradicional

Elaborada por la productora británica WAG TV, Misterios de la fe, aclara Henríquez, no pretende enfrentar a la fe contra la ciencia ni es televisión documental, sino más bien un proyecto que se arriesga con un formato híbrido. “Es tal cual dos personajes haciendo entrevistas reales, una ficción, y dentro de la ficción hay hilos de realidad que le dan sustento a esa ficción”, explica y añade que es, a final de cuentas, televisión de entretenimiento. “Nos cuesta reconocerle [a la televisión] su lenguaje propio, que es el lenguaje del espectáculo, porque lo hemos satanizado, porque desde la academia no sabemos qué hacer con la noción del espectáculo. Es el gran Satán. Es bueno salir y explorar otros lenguajes”.

Como académico e investigador social, Henríquez es consciente de lo poco ortodoxo que esto puede resultar para el gremio al que pertenece. “Justo estamos en el momento en que la universidad se cuestiona a sí misma si debe cuidar la pureza de la cátedra o animarse a asomarse a lo popular, al entretenimiento, al mercado. Y hay universidades que se resisten, ‘¿cómo es posible, si nosotras somos las catedrales del saber?’ Pues catedrales del saber ya con telarañas”, sentencia Henríquez, a quien los riesgos le atraen.

“¿Qué busco? Busco la provocación. ¿Qué busco? Fundamentalmente lo mismo que busco en mis estudiantes o en la investigación que yo hago: busca, aunque no encuentres, atrévete”, finaliza.

En México, Misterios de la Fe, la cual consta de ocho episodios, se transmite los lunes a las 22:00 horas en Discovery Channel.

Para conocer más sobre la serie, visita su sitio web

MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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