Nosotros los pobres

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Nosotros los pobres

– Edición

De la evaluación cinematográfica Nosotros los Nobles sale mal librada. Es una propuesta que se sustenta más en el sketch televisivo que en la progresión dramática de largo aliento, que presenta un trabajo de cámara pobre , que encadena presupuestos inverosímiles, que exhibe situaciones dignas de la más representativa telenovela mexicana

No hay secreto: un rápido vistazo a la cartelera comercial de cualquier país permite constatar que el paisaje mundial es dominado por la industria estadunidense, la más fuerte del planeta. Así, resulta consecuente que en prácticamente todos los países las películas que llegan de por allá sean las más taquilleras, las que llevan más espectadores a las salas (justo es aclarar que, si bien hay una relación entre taquilla y número de espectadores, se manejan cifras diferentes para uno y otro ítem). Históricamente así ha sido y no se ve por dónde pueda cambiar esta tendencia. No obstante, siempre hay forma de engrosar el orgullo nacional con las películas locales, que tienen su propia contabilidad: la mayoría de los países tienen su cinta más taquillera, más vista. Estas películas —como las norteamericanas que están en la cima— no son necesariamente buenas (rara vez empatan lo cuantitativo y lo cualitativo, la percepción del espectador y la valoración del especialista, como se puede constatar en cualquier festival que otorgue un premio del público), pero consiguen despertar la curiosidad, congregar a las masas patriotas, convertirse en un asunto de nacionalismo y un habitual tema de conversación (es difícil resistirse a verlas cuando todos los conocidos hablan de ellas).

En España la lista es encabezada por Lo imposible (2012), de Juan Antonio Bayona, y Los otros (2001), de Alejandro Amenábar. Ambas son habladas en inglés; ninguna es una obra maestra, pero ambas son buenas películas. En Argentina ocupa el sitio de honor una película setentera: Nazareno Cruz y el lobo (1975), de Leonardo Favio; le sigue de cerca El secreto de sus ojos (2009), de Juan José Campanella, ésta sí una cinta extraordinaria. En Francia recientemente subió al primer lugar Amigos (Untouchable, 2011), de Olivier Nakache y Eric Toledano, una decente feel-good movie al estilo estadunidense. En Japón las cuentas son mejores, pues en la cima está una obra maestra: El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no kamikakushi, 2001), de Hayao Miyazaki. ¿Y en México? Hace algunas semanas llegó al primer lugar Nosotros los nobles (2013), de Gary Alazraki. Desplazó como la más taquillera, de acuerdo a lo que consigna la revista Cinemania, a una película mala sin atenuantes: Don gato y su pandilla (2011), de Alberto Mar. La más vista hasta entonces era El crimen del padre Amaro, de Carlos Carrera. En un corte realizado la segunda semana de mayo, Nosotros los Nobles había sido vista por más de cinco millones de espectadores y había recaudado más de 255 millones de pesos (y sigue en cartelera, ¡ay!). De todas las cintas citadas —locales y foráneas— ésta es, por mucho, la menos brillante. (Bueno, pensándolo bien, Don gato es peor.)

De la evaluación cinematográfica Nosotros los Nobles sale mal librada. Es una propuesta que se sustenta más en el sketch televisivo que en la progresión dramática de largo aliento (como uno esperaría en un largometraje), que presenta un trabajo de cámara pobre (pero no importa, porque en la tele tampoco importa: se apuesta por la puesta en escena, por lo que los actores hagan y digan), que encadena presupuestos inverosímiles (¿cuándo se ha visto que un joven renuncie a las prohibiciones paternas de usar el celular, ver la tele o leer el periódico?), que exhibe situaciones dignas de la más representativa telenovela mexicana, que materializa sueños fantasiosos y clasistas que alcanzan para acabar con la lucha de clases y hacer justicia a los pobres pero honrados (si en alguno de estos lamentables productos recientes dos guaruras pudieron casarse con la señora de la casa y su hija, la princesa, es razonable que en la cinta de marras el junior maneje un microbús y la lady se gane la vida de mesera). ¿Por qué una película tan mala ha tenido tanto éxito, entonces? La respuesta no está en el aire: está en la televisión.

Nosotros los Nobles es un producto pensado de acuerdo a parámetros que aporta la mercadotecnia: desde ésta se detectan los ingredientes que luego se han de mezclar. Por supuesto que esto no explica del todo el fenómeno (si bien Hollywood se caracteriza por sus intentos de repetir fórmulas afortunadas no siempre hay respuestas positivas). El éxito se explica en mayor medida, aventuro, porque el espectador de cine en México es antes un televidente, y en la pantalla grande se enfrenta a un producto que le resulta familiar, para el cual ya ha sido adiestrado. Sale contento (y se contenta con poco), además, si se rió algunas veces, si lo visto y escuchado le da pretexto para hacer bromas posteriormente (justo es consignar que en la función a la que yo asistí las risas fueron discretas y escasas), llega incluso a recomendarla como una buena película (y yo digo que la igualdad es tramposa y presupone que a uno le gusta lo bueno; pero una cosa es que algo le guste a uno y otra que lo gustado sea bueno).

Esta cinta hace que me postule una pregunta acaso no menos tramposa: ¿Por medio del cine nacional hablará su espíritu? De ser así, habría que revertir la paráfrasis de la que surge el título de la película de marras para proponer una respuesta que es además un diagnóstico: Nosotros los pobres. ¡Ay, Torito!

MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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