Armstrong y los viajes al espacio no tripulados

Armstrong y los viajes al espacio no tripulados

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Murió Neil Armstrong, quien por medio de su pequeño paso como hombre nos llevó a dar un “gran salto para la humanidad” un 20 de julio de 1969. Para muchos de mi generación, que vimos emocionados por la televisión las imágenes de la llegada a la Luna, Armstrong fue el gran héroe de nuestro tiempo: encarnó la preparación y el valor necesarios para encabezar la misión del Apolo XI y la sobriedad con la que vivió con el reconocimiento de habar sido el primer ser humano en pisar nuestro satélite. 

El fallecimiento de Armstrong y la actual misión del Curiosity en Marte traen a colación un tema, casi siempre polémico: la conveniencia o no de que los viajes espaciales sean tripulados o se operen a control remoto desde la Tierra y/o por medio de robots.   

Las razones a favor de los viajes espaciales tripulados tienen que ver que con el impacto mediático y educativo de la presencia de seres humanos en el espacio exterior. Las misiones de la NASA no serían tan populares ni habrían generado tantas vocaciones científicas de haberse realizado sin astronautas. Incluso en el mensaje grabado que se transmitió en Marte por medio del Curiosity hace unos días, el director de la NASA mencionó que “una misión humana llegará a Marte en un futuro no muy lejano”. También están, por supuesto, las investigaciones aplicadas en temas de salud, alimentación y comportamiento humano que se han realizado en las misiones espaciales tripuladas.

La postura en contra la expuso claramente Steven Weinberg, el ganador del premio Nobel de Física en 1979, en un artículo publicado en la revista The New York Review of Books en abril de 2004, a propósito del proyecto del entonces presidente Bush de promover los viajes al espacio tripulados para ir preparando las condiciones para mandar seres humanos a Marte en un plazo de 30 años. Weinberg escribió que mandar un astronauta a Marte costaría, por lo menos, unos 900 mil millones (billions) de dólares, mientras que las misiones al planeta rojo con robots (en ese tiempo Spirit y Opportunity) costarían 820 millones de dólares. La argumentación de Weinberg es muy sencilla: las misiones espaciales tripuladas cuestan mil veces más porque es muy caro mantener a los seres humanos fuera de la Tierra y no se justifican en términos de los resultados científicos y tecnológicos; en cambio mandar misiones no tripuladas es mucho más barato y además porque los robots son mucho más eficientes en el espacio exterior que los humanos. (Ya lo había sospechado Arthur C. Clark cuando escribió El centinela, narración que fue la base para 2001: Una odisea en el Espacio, la clásica cinta de Kubrick.)

No hay ninguna duda, añadió Weinberg, que la física y la astronomía se han beneficiado mucho más de las misiones no tripuladas que de los viajes con astronautas. Para demostrar su afirmación citó varios casos, entre ellos el del telescopio espacial Hubble. No se necesita ser economista para darse uno cuenta –concluye el premio Nobel– que gastar en misiones tripuladas implica recortar el presupuesto en otros rubros de la inversión en ciencia y tecnología.

La historia (y la política) le darían la razón a Weinberg: de los 97 proyectos que tiene actualmente la NASA, sólo la Estación Espacial Internacional reporta astronautas en la información de su página web. Además está toda la información y las bellas imágenes que está reportando el Curiosity en la misión de la Estación Científica de Marte sin necesidad de llevar seres humanos, pero no deja de mencionarse la posibilidad una misión con humanos.

Por cierto, vale la pena revisar la lista de los proyectos de la NASA para darse uno cuenta de la amplia variedad de temas que investigan: desde al proyecto Aqua, un satélite para conocer el ciclo de vida del agua en la Tierra, hasta el Galex, orientado a estudiar la formación de estrellas en el universo y pasando por otros 95 incluyendo los más conocidos.

1 comentario

  1. Me parace muy sensato el
    Me parace muy sensato el pensar en enviar sondas robotizadas a Marte. Hay muchas cosas aún por descubrir antes de que sea imprescindible la presencia humana, que de serla será para colonizar el planeta o comenzar a explotar algún recurso. Tenemos la experiencia de la exploración tripulada a la luna, en realidad fué con fines propagandísticos una vez que en plena guerra fría, los sovieticos ya habían colocado primero hombres en órbita y dos sondas Lunik posadas en el satélite de la tierra.
    El hecho de voltear a ver a Marte indica que la luna no alcanzó a proveer nada interesante para la vida humana. Mientras tanto, vale la pena -ahí si- continuar con orbitadores tripulados estilo EEI, en la cual se llevan a cabo grandes investigaciones sobre crecimiento vegetal, adaptación animal y la fabricación de compuestos y fármacos que se han visto favorecidos en su pureza en condiciones de ingravidez.

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MAGIS, año LX, No. 498, marzo-abril 2024, es una publicación electrónica bimestral editada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, A.C. (ITESO), Periférico Sur Manuel Gómez Morín 8585, Col. ITESO, Tlaquepaque, Jal., México, C.P. 45604, tel. + 52 (33) 3669-3486. Editor responsable: Humberto Orozco Barba. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2018-012310293000-203, ISSN: 2594-0872, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Edgar Velasco, 1 de marzo de 2024.

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